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Los productores de kiwi prevén una "cosechona" y más frutos de alta calidad

Las condiciones climáticas han beneficiado al cultivo, que se vio favorecido por la poca lluvia caída en invierno y la alta humedad que caracteriza al verano

Juan Cimas, ayer por la mañana, recorriendo uno de los pasillos de la finca plantada de kiwis en la isla Arcubín de Soto del Barco. RICARDO SOLÍS

Soto del Barco es un filón de vitamina C. Esto es gracias a una plantación de kiwis que ocupa aproximadamente 25 hectáreas en la isla fluvial del Nalón conocida como El Arcubín. Y Juan Cimas, responsable de la misma, prevé una "gran cosechona" para el próximo otoño favorecida por la meteorología. "El pasado invierno nos benefició que no lloviera demasiado y ahora nos favorece la humedad del verano", explica el productor, que avanza: "Tenemos buenas previsiones porque polinizamos bien y las plantas están bastante cargadas".

Para Cimas todo apunta a que será una buena temporada, y tiene razones para ser optimista. Los italianos -que suponen una importante competencia en el mundo del "oro verde" del kiwi- han tenido menos suerte con las horas de lluvia, sol y humedad y se estima que su producción sea este año un treinta por ciento inferior a la de otras temporadas. Solo en kiwis "La Isla" la producción ronda las 650 toneladas anuales, a las que hay que sumar las obtenidas por los productores pravianos, que trabajan con cifras nada desdeñables. El fruto del bajo Nalón, además, cada vez tiene mejor calidad.

Kiwis "La Isla" desarrolla y ejecuta protocolos de producción propios y aplica modernas técnicas de cultivo. Tanto es así que los desechos han pasado del 16 al uno por ciento gracias a una técnica de polinización asistida que mejora la calidad y tamaño de los frutos. "Las abejas (polinización entomófila) y el viento (fertilización anemófila) cumplen su función, pero con la polinización manual nos aseguramos de que todas las plantas quedan polinizadas realizando pasadas de forma sistemática", explica Cimas. El kiwi es una especie dioica: hay plantas que dan flores masculinas y que producen polen y otras, femeninas, que producen frutos haciendo uso de ese polen.

Ante la previsión de "cosechona", en la isla sotobarquense está previsto que entren a trabajar unas dieciocho personas para los "meses fuertes", habitualmente de noviembre a mayo. El resto del año trabajan entre cinco y seis personas en este paraje próximo a la desembocadura del Nalón que está considerado el reino del kiwi, una fruta que en Asturias supone la segunda industria frutícola tras la manzana.

Cimas hace alusión en todo momento al kiwi asturiano, al producido en Soto. Aunque su firma trabaja con este "oro verde" durante todo el año "por exigencias del mercado". "Somos proveedores de El Corte Inglés junto a 'Zespri' y suministramos kiwi durante todo el año: los productores nos adaptamos a las exigencias del consumidor, y el cliente quiere kiwi los 365 días", manifiesta el empresario. Cuando el kiwi del Nalón se agota, en la isla trabajan con frutos llegados a Soto de ultramar. ¿Y cuál es mejor? "Es muy aventurado decir que el asturiano es mejor que el de fuera", confiesa Cimas. No obstante sus kiwis salen mimados de la isla, un lugar con cierta magia al que se accede en lancha aprovechando las mareas altas.

Ahora, una vez realizada la polinización, tan sólo serán necesarias unas horas para que los óvulos fecundados de las flores hembra hagan posible la producción del fruto liberándose de sus pétalos, los cuales dan lugar a verdaderas alfombras de color blanco. Al final del otoño, tras varios meses de desarrollo, los kiwis estarán listos para ser cosechados. "Si no ocurre ningún imprevisto la cosecha será muy buena", aventura Cimas. Los beneficios del consumo de kiwi son muchos. El principal: el kiwi es una excelente fuente natural de vitamina C.

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