El decano del Colegio de Sociólogos y Politólogos de Asturias, Jacobo Blanco, ofreció ayer algunas de las claves de lo que supondrá para la sociedad la innovación tecnológica.
- ¿Cómo nos afectará la revolución tecnológica? ¿Seremos igual dentro de diez años?
-Posiblemente no. Hasta ahora tengo la impresión de que no hacemos nada nuevo, descargamos música de Spotify y antes la grabábamos de la radio. Seguimos leyendo prensa y libros, en internet. Fuimos a la luna con 7.500 líneas de código binario y ahora un Mercedes tiene muchas más. Dicho esto... en el futuro vamos a cambiar. Estamos a punto de entrar en la fase de seres biónicos, de los cíborg. Hasta ahora teníamos prótesis externas como gafas, pero estamos llegando al momento en que sean intelectivas. Como Google. Cuando no sabemos algo no recurrimos a la memoria, vamos a Google.
- ¿Google ya es, por tanto, una prótesis?
-Sí, pero una prótesis externa. El día en el que la tengamos interna estaremos entrando en otra dimensión del ser humano. Estamos desarrollando ya prótesis pequeñitas, físicas, que te cuidan el cerebro, el corazón. Pero llegaremos a otras. Y eso plantea unos problemas éticos y filosóficos muy notables. Porque igual se pueden curar enfermedades, incluso discapacidades? Estamos transformándonos. Esto, además, tiene más implicaciones: la robótica, la inteligencia artificial... ¿nos va quitar puestos de trabajo o los va a crear? Es difícil predecir el futuro, tanto que nunca acertamos. Estamos entrando en una dimensión diferente. ¿Nos pasará como con los telares mecánicos en 1700, que recuperaron toda la producción de textil de India de nuevo a Inglaterra? Creo que los chinos invierten en I+D por miedo.
- ¿Y qué papel desempeñarán las tecnologías en el medio ambiente?
-Mucho. Por ejemplo, con la energía.
- Pero si seguimos con el modelo actual, el mundo amenaza colapso. España será un desierto en unos años, eso al menos nos anuncian.
-Si conseguimos que empiece a llover? Técnicamente creo que es posible. "Blade Runner" celebra ahora 35 años y Los Ángeles sigue más o menos igual que siempre. Y no vamos con coches voladores.
- Vamos, que es muy difícil saber qué va a pasar.
-Es muy difícil predecir el futuro. Pero hay cosas que llegan para quedarse y que conllevan impactos sociales. Tendremos sociedades cada vez más duales, entre la gente que tiene capacidad para moverse en el ámbito tecnológico y la que no. Un creativo no tiene por qué utilizar herramientas tecnológicas. Pero la creatividad, mientras la inteligencia artificial no diga lo contrario, va a ser necesaria. El espíritu crítico también. Falta espíritu crítico, saber desbrozar qué es verdad.
- Nunca fue tan fácil como ahora contar mentiras, ¿no?
-Mis alumnos de la Universidad están convencidos de que el hombre no llegó a la Luna, cuando hay pruebas de ello. Pero nos creemos esas historias, te encuentras información capciosa en internet? Se ha roto el formato vertical de control de la información. Tenemos que potenciar el espíritu crítico y la creatividad. El señor que no hace nada creativo, como pasar la compra en el supermercado, será sustituido dentro de nada por el ordenador. Están desapareciendo puestos de trabajo de menor intensidad creativa y aumentando los de mayor intensidad. La formación va a ser esencial. Seguirán haciendo falta periodistas que sepan contar cosas.
- Ante este panorama, ¿es posible ser apocalípticos o no queda otra que integrarse?
-Cada vez hay más gente apocalíptica. Estamos pasando del paradigma del cristianismo como religión a un panteísmo ecologista. Y mucha gente en ese panteísmo renuncia o pone en crítica todos los avances tecnológicos desde el siglo XVI a la actualidad. Y por otra parte la revolución tecnológica está dejando mucha gente fuera que quiere integrarse pero que no sabe hacerlo. Entonces se vuelven apocalípticos pero en un sistema que es tan absorbente que los acaba metiendo. Banksy, raperos multimillonarios? muchos apocalípticos se convierten en integrados.
