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JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ MONTOTO | Párroco de Santo Tomás de Cantorbery, pasa a dirigir la Casa Sacerdotal de Oviedo

"Hay crisis de vocaciones porque no hay niños y Dios es irrelevante en la cultura actual"

"De los ocho años en Santo Tomás debo estar agradecido a la gente, Avilés es un pueblo muy religioso, forma parte de su historia"

El sacerdote José Antonio González Montoto, ayer, en el despacho de la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery. RICARDO SOLÍS

José Antonio González Montoto, párroco de Santo Tomás, ha sido nombrado director de la Casa Sacerdotal de Oviedo, cargo que asumirá el próximo 17 de septiembre. Atrás quedarán "ocho años y ocho meses menos un día" -como le gusta decir - al frente de la parroquia de la plaza de la Merced. En la siguiente entrevista, este sacerdote natural de Prado (Caravia) y que desde su infancia, primero por la profesión de su padre -guardia- y después por su dedicación religiosa, vivió en numerosos puntos de la región, hace un repaso a su ministerio en Avilés y a la situación actual de la iglesia católica.

- ¿Qué queda en su memoria tras 8 años en la parroquia?

-Mucho agradecimiento a la gente. Aunque algunos te buscan sólo en situaciones puntuales por un bautizo, boda, funeral... el sacerdote les acompaña en el momento de nacer, la comunión o la boda. Avilés es un pueblo muy religioso, forma parte de su historia, y ello en un momento de crisis de adhesión institucional. A la gente le gusta ir por libre y no quiere meterse en un partido, iglesia o asociación porque exige cierta disciplina.

- También hay crisis de vocaciones. ¿A qué se debe?

-Hay dos razones fundamentales: no hay niños y Dios, para la cultura actual, es irrelevante. En nuestro primer mundo, si un chico quiere ser cura, los demás le dicen que está loco, que dónde se mete. Antiguamente, era más fácil, no había escuelas ni colegios y en el seminario se recibía una formación. Todos los que pasaron por el seminario, aunque no se ordenasen, están felices y agradecidos de la cultura, la disciplina y la formación integral recibida.

- ¿Cree que la Iglesia tiene que cambiar para adaptarse a la actual sociedad?

-La Iglesia es un regalo de Dios a la humanidad, es como una fuente de agua cristalina en una sociedad que tiene muchas fuentes averiadas y la ofrece desde hace siglos. Nosotros no podemos cambiar el agua, que es el espíritu, el amor de Dios, la fe... pero sí tenemos que facilitar que la gente descubra que tenemos sed y se sacia ahí. Ese es el acercamiento y el cambio, que la Iglesia se aparezca como madre, como hospital de campaña que dice el Papa, como la fuente en medio del pueblo. Todo lo que sea favorecer que nos vean cercanos, está bien, pero el mensaje no lo podemos alterar.

- Santo Tomás tiene un peso importante en la ciudad

-La parroquia, de cien años, tiene 18.000 habitantes. Cuando llegué aquí estaban dos curas referentes en la historia de esta iglesia: don Rodrigo y don Ángel, el primero se jubiló y el segundo sigue al frente de San Antonio. En 2013 llegó Reinerio Rodríguez, "Neyo", un trabajador increíble. Con mi marcha, la parroquia queda en sus manos.

- La parroquia también está ligada a la juventud a través del colegio Santo Tomás.

-Hay siete instituciones educativas diocesanas en Asturias: tres en Avilés, tres en Gijón y una en Oviedo, que intentamos unir en la Fundación Santa Olaya. Actualmente estamos en la fase de diálogo. En Avilés, y ante la falta de niños, se fusionarán los colegios Santo Tomás y San Nicolás de Bari, un proceso lógico dada la caída de alumnos por el descenso de natalidad.

- ¿Se va dejando algún tema sin completar?

-Tenía gran ilusión en el trabajo de la pastoral de la familia. En los años 2011 y 2012 programé la escuela Familia y Vida, pero no tuvo éxito. Estos años también he coordinado la pastoral de novios, para prepararlos para la boda, que sí ha funcionado muy bien. Además, en la pastoral de jóvenes quedan muy pocos después de la primera comunión.

- Entonces, ¿una asignatura pendiente es atraer a familias y jóvenes?

-Ése es nuestro reto, si bien hay jóvenes muy comprometidos, tanto en el movimiento scout como en el de Acción Católica. En las Jornadas mundiales de la juventud, por su parte, se enganchan muchos, pero luego es difícil que mantengan la continuidad. Sí quedé muy contento del Atrio de los Gentiles, una experiencia de diálogo entre la fe y la cultura que alcanza la séptima edición.

- El órgano es un elemento de gran relevancia en la parroquia y que usted ha apoyado mucho.

-Cuando llegué a la parroquia me encontré ya con el órgano en funcionamiento, una iniciativa de Chema Martínez, la persona que más ha trabajado en Avilés por la cultura musical. Lo bendijimos en 2010 con un concierto importante y la presencia del Arzobispo. Albergamos la Semana de Música Religiosa, que ya cuenta con cuarenta ediciones, y siempre apoyándola ya que es una suerte para la ciudad poder contar con este certamen que no se puede perder. Al órgano se le podría sacar más partido con más conciertos, sólo que tendríamos que tener financiación y nosotros no queremos cobrar.

- Hablando del Papa, manifiesta un talante muy distinto al de otros miembros de la Iglesia.

-El Papa Francisco dice que hay que salir a las periferias, que la Iglesia es servidora, que está al servicio de la persona. Es verdad que ha encontrado alguna resistencia y que hay un pequeño sector de la Iglesia que está un poco descolocado con este mensaje, pero esto lo arregla el Señor buscando gente en comunión con el Papa, que es un hombre muy cercano.

- Precisamente, una labor importante en tiempos de crisis ha sido el apoyo de la Iglesia a los más necesitados. ¿Está supliendo un papel que debería desempeñar el Estado?

-Tenemos una función que podemos llamar subsidiaria porque lo que tienen que realizar las instituciones civiles no lo vamos a resolver nosotros, pero llegamos donde a veces no lo hace el Estado. En la parroquia, por ejemplo, contamos con la asociación Nueve Lunas, para cuidar a gestantes y madres con dificultades para atender a los niños. En este sentido, tenemos pendiente una campaña de sensibilización con los jóvenes, que vemos en las encuestas que son favorables al aborto como si fuera un derecho sin más.

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