"Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes". La frase es de Isaac Newton, pero ayer la hicieron suya los vecinos de La Arena y San Esteban que una vez más demostraron que querer es poder. Residentes y turistas de una y otra orilla de la desembocadura del Nalón celebraron una jornada tan reivindicativa como festiva con un solo objetivo: recordar a los políticos asturianos que tienen entre sus deberes la construcción de un puente que una ambas localidades en su día carboneras.

Con ese objetivo, decenas de personas vestidas con una camiseta conmemorativa acudieron al prao de la rula arenesca para compartir mesa y mantel y echar unos bailes. Pese a haber invitado al Presidente de Asturias, el socialista Javier Fernández, y al Consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, ninguno de los dos se dejó ver por La Arena. El último excusó su presencia. Sí estuvo la diputada del PP Carmen de la Mata.

Los vecinos, no obstante, reconocieron que lo que realmente les importa es que los dirigentes asturianos "cumplan donde tienen que cumplir". Ni en San Esteban ni en La Arena están dispuestos a recibir "más largas". Llevan ya 25 años esperando por la construcción de una pasarela que fue muchas veces objeto de promesas políticas. El pasado junio, el Parlamento asturiano volvió a mostrar su respaldo a este proyecto. Dolores Álvarez Campillo (PSOE) la prometió para "cuando los recursos lo permitan" e hizo alusión en la Junta a un proyecto de 2009 que cayó en el olvido. Entonces se anunció que dicha pasarela empezaría junto al último de los cargaderos del puerto de San Esteban, dando continuidad a la senda, con una longitud aproximada de más de 300 metros y una altura de 10 metros sobre la pleamar más alta. Contaría además con una plataforma giratoria sobre la ría que permitirá el paso de barcos de gran altura.

"La construcción de un puente estaría bien para todos. Los de La Arena tendríamos más posibilidades de movernos en transporte público o ir a las piscinas de San Esteban y los de San Esteban podrían aprovecharse del comercio o la playa de arena de aquí", manifestó la joven arenesca María Fernández. Lucía Fraga es de la misma opinión. "Los puentes siempre se han hecho para unir, nunca para separar. Por eso hay que defenderlos", sentenció. Ayer los vecinos de ambas orillas coincidían en que si hay alguna cosa que marque la fisonomía del bajo Nalón, ésa es, sin duda, la cuenca baja del principal río asturiano.

Largos meandros, ricas vegas, la ría, la pesca y multitud de núcleos ribereños son algunos de los detalles que describen a esta zona del centro-occidente asturiano modelada por el principal caudal asturiano. Sin embargo, el Nalón, además de dar forma y enriquecer la comarca, también ha supuesto un impedimento en las comunicaciones, principalmente en aquellos pueblos que se instalan en riberas opuestas. Pero en los últimos años en la desembocadura del Nalón se han construido más muros que puentes. Ahora los paisanos de La Arena y San Esteban piden lo que, insisten, les corresponde por justicia. Y lo hacen como mejor saben: "Con una fiesta, para que nadie se crea que es una perreta pasajera".