Tras el parto, actividad sí, pero de forma progresiva. Este es uno de los mensajes que dejó ayer la fisioterapeuta María Cejudo, miembro de la comisión de pelviperineología del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Asturias, que impartió en la Casa de Cultura una charla sobre "La fisioterapia en el embarazo y posparto". "Pasada la cuarentena muchas mujeres se encuentran mejor, ven que siguen teniendo kilos de más y salen a correr. Pero hay que ir poco a poco. La incorporación a la actividad física debe ser progresiva. Lo primero trabajo postural, caminar, luego ejercicios hipopresivos, y hay que dejar las actividades de impacto para el final, para evitar problemas por esa mala gestión del posparto", apuntó.

Cejudo expuso el trabajo que los fisioterapeutas realizan para mejorar la fase de embarazo, parto y posparto, un momento en el que "el suelo pélvico va a sufrir numerosos cambios", señaló. Y aseguró que aunque lo que más se conoce es el tratamiento de las incontinencias urinarias, realmente existen otros muchos problemas que se pueden tratar empezando incluso desde antes del embarazo. "A veces el embarazo no llega por una mala posición uterina, o un cuello rígido... Todo eso tiene tratamiento mediante terapia manual", explicó.

Ya de cara al embarazo, es importante preparar la pelvis para movilizarla y que sea funcional. Durante los meses de gestación son recomendables diferentes técnicas, como el masaje perineal, destinado a las últimas semanas. "Previene bastante los desgarros y episotomías". En las consultas de los fisioterapeutas se tratan también dolores lumbosacros, incontinencia, problemas vasculares, tendinitis, patología púbica, que aparecen todos ellos durante el embarazo.

Ya en fase de posparto son recomendables movimientos de flexión de los tobillos, para evitar las hinchazones. Desde el principio, además, es importante recuperar la postura, correctamente erguida. Además, entre la segunda semana y el segundo mes (o el cuarto, en caso de lactancia), es importante observar una alimentación rica en proteínas, según explicó María Cejudo. "A poder ser, una dieta limpia: no muchos hidratos, ni fritos, ni dulce, y una buena hidratación", destacó.

El estreñimiento, advirtió, es el "enemigo número uno" del suelo pélvico de las mujeres. Y muchas veces se debe a posponer el momento de acudir al baño. "Si dejamos pasar el momento adecuado todo el mecanismo se para y luego es mucho más difícil que se ponga en marcha", subrayó Cejudo. Y al día siguiente costará más. Una buena hidratación y levantar las rodillas más que la pelvis con la ayuda de un taburete durante la defecación pueden resultar útiles en estos casos.

La terapia también tiene su papel cuando surgen problemas funcionales, hay dolor... Sacralgias, lumbalgias, coxigodíneas, disfunciones sexuales y dolor de ano son otras tantas secuelas que tienen "un tratamiento bastante sencillo". "No nos quedemos con lastres que nos amargan la existencia", recomendó la fisioterapeuta. Ya en el posparto tardío los problemas frecuentes son prolapsos (descenso de las vísceras pélvicas), estreñimiento, apertura vaginal, dispareunia (dolor en las relaciones)...

Por último, Cejudo advirtió de que, en el posparto, las bolas chinas no son recomendables, que las copas menstruales se deben de sacar con cuidado y que los conos vaginales tampoco son adecuados para este momento. "Y un último consejo. No sois súper woman. Dejaros ayudar y buscad también un ratito para vosotras", concluyó.