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JOSEFINA CRUZ VILLALÓN | Catedrática de Geografía y exconsejera andaluza de Obras Públicas

"El proyecto de la Variante de Pajares se diseñó con demasiada premura"

"Las decisiones en infraestructuras son irreversibles, ahora toca apostar por un sistema ferroviario menos radial y a favor de la periferia"

Josefina Cruz Villalón, ayer, en Avilés. MARA VILLAMUZA

Josefina Cruz Villalón (Huelva, 1949) es Catedrática en Geografía Humana en la Universidad de Sevilla y exconsejera de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía. Con la victoria socialista del 2004 se hizo cargo de la dirección general de Planificación en el Ministerio de Fomento durante un año, para asumir después la secretaría general de Infraestructuras hasta 2008. Fue responsable del denominado Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT) 2005-2020. Su alta formación en cuestión de infraestructuras le hizo recalar ayer en Avilés para participar en las conferencias "Próximo/Lejano", que se impartirán hasta junio en el Centro de Servicios Universitarios.

- Las infraestructuras en Asturias traen muchos quebraderos de cabeza...

-Sí, intuyo que por eso me han invitado a la ciudad. Todo el tema de la variante de Pajares, que es un proyecto complicadísimo, suele ser uno de los debates más sonados cuando se habla del desplazamiento en Asturias.

- ¿Por qué se está tardando tanto en terminar la Variante?

-Hay muchas cuestiones. Yo destacaría la falta de planificación. Es un mal histórico de este país, empezamos a construir infraestructuras sin ningún tipo de criterio y una vez comenzada la obra tienes que seguir adelante. Aquí en Asturias el problema, a mi ver, fue que el señor Álvarez-Cascos lanzó el proyecto de la Variante con demasiada premura. Considero que si se hubiesen realizado los estudios pertinentes, con más calma y más tiempo, no nos habríamos topado con tantos problemas. Quizás el mayor reto ahora mismo sea compatibilizar la nueva infraestructura de la variante con las que ya teneís en la región.

- ¿Por el ancho de vía?

-Sí, en parte. Es decir, por un lado está eso, que las vías de este país tienen, o bien ancho ibérico, que es el antiguo, o el internacional, que es el que se compatibiliza con el resto de países. Claro, eso antes no era un problema. No pensábamos en términos tan globales. Ahora, tenemos que poner intercambiadores para que los trenes puedan seguir su ruta. Pero el otro gran problema en el sistema ferroviario en Asturias es que el tren de alta velocidad tendría que compartir vías con las rutas ya existentes de mercancías, viajeros y cercanías. Habrá un embotellamiento importante.

- ¿Por qué se apostó por dos tipos de vía en 1989?

-Pues no se acaba de saber muy bien. El proyecto del que hablas surge de otro plan del 87, el Plan de Transporte Ferroviario. Ahí se hablaba de mejorar la red existente y aumentar la velocidad, pero no de introducir un nuevo ancho de vía. Eso surge en 1989 cuando se decide hacer una nueva variante y una línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla.

- ¿Qué pudo cambiar en esos dos años?

-Mi idea es que en ese momento los políticos están preocupados por la Exposición Universal de Sevilla del 92. Intuyo que se dieron cuenta de que tendría que traer maquinaria de Alemania y de Francia. Lo que está claro es que se hizo con pocos estudios, dos años no son nada en este tipo de obras. Sea como fuera, se puso ese ancho internacional y ahí se lió todo.

- Y ahora, ¿cómo se corrige?

-Pues ahora la decisión es irreversible. Siempre utilizo ese término cuando hablo de infraestructuras. No hay marcha atrás. Ahora, toca apostar por sistemas de compatibilidad entre ambas medidas y solucionar el sistema radial. Las vías se han construido desde Madrid y para darle servicio a Madrid. Los de la periferia estamos peor conectados, habría que trabajar en esa línea.

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