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La flota de cerco exige vedar el caladero de sardina durante tres meses

Los pescadores afirman que la campaña ha sido "muy mala" y retan a la Administración a regular las capturas en la zona del golfo de Vizcaya

Cajas de sardinas en la rula de Avilés, en una imagen de archivo. M. L.

La flota de cerco asturiana insta a la Secretaría General de Pesca a que vede el caladero de sardina durante los meses de diciembre, enero y febrero para intentar recuperar la especie, ahora muy escasa. El Ministerio de Agricultura y Pesca ordenó el cierre precautorio de la pesquería en la medianoche de ayer para los buques de cerco del Cantábrico y Noroeste, lo que supone el fin preventivo de una costera que está siendo "muy mala". "Desde Cerco Asturias pedimos la veda subvencionada de la sardina entre diciembre y febrero porque no hay", aseveró ayer Eduardo Cueva, presidente del colectivo de cerco de la región.

Y los datos de las rulas asturianas no pueden ser más ilustrativos de lo que está pasando en el mar. El año pasado, la campaña de la sardina permitió vender en las lonjas 116.488 kilos de sardina; en lo que va de año tan solo se han subastado 56.163 kilos, según los datos que maneja la Dirección general de Pesca del Principado.

Los pescadores tienen claro el porqué de la escasez de sardina en el cantábrico: "Se está haciendo pesca sin control en la zona más oriental del golfo de Vizcaya, en las inmediaciones de la costa francesa. Y lo peor de todo es que los biólogos dicen que no es la misma sardina. ¿Qué diferencia hay entre pescar la sardina en el grado 1,59 y en el grado 2? Es un sinsentido. Ahí están pescando los barcos sin cupo y eso nos destroza a nosotros porque no llega la sardina a nuestra zona", lamenta Cueva

La pesquería de la sardina está sometida a un plan de gestión conjunto entre España y Portugal desde el año 2014 ante su escasez en aguas ibéricas e intentar evitar así que la Comisión Europea establezca una cuota. Los científicos del Instituto Español de Oceanografía concluyeron hace unos meses la última campaña para cuantificar el stock de sardina, caballa y jurel en aguas de Galicia y el Cantábrico y su resultado preliminar era algo más esperanzador que en los últimos años: se detectaron más cantidad de sardina adulta que en 2016 en la zona de la Rías Baixas mientras que en el Cantábrico la situación era similar a la de ejercicios anteriores.

Para la costera de 2017, el plan de gestión limitaba las capturas totales hechas por España y Portugal a 10.000 toneladas entre el 1 de marzo y el 31 de julio: 6.800 son para la flota lusa y 3.200 toneladas, para la española. A partir de esa fecha se determinaron pequeñas cantidades adicionales a sumar a esas toneladas. El pasado 25 de septiembre, tras otro cierre parcial, se retomó la campaña con una limitación de 1.000 kilos semanales por embarcación de cerco del Cantábrico y Noroeste. Esa reapertura apenas duró diez días.

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