Las entidades que defendieron el mantenimiento de la marquesina de La Rocica, capitaneadas por el Club Popular de Cultura Llaranes, celebraron ayer su indulto, aprobado por todos los grupos municipales del Ayuntamiento a excepción de Ciudadanos. Representantes tanto del club como del Colegio de Arquitectos, Arquitectura Asturias, la Foz del Pielgo y de Ganemos Avilés valoraron la rectificación municipal y subrayaron el valor de esta pieza singular del patrimonio industrial. Lo único que lamentaron es que no se vaya a quedar en la misma avenida Santa Apolonia, ya que por prescripción técnica será trasladada a Monte Viso.

El Club Popular inició su campaña en favor de la marquesina antes de la votación popular que decidió entre dos opciones para la reforma de Santa Apolonia, resultando ganadora la que fijaba suprimir la construcción. Lo hizo con un comunicado en el que se pedía optar por el cruce ante la incompatibilidad de rotonda y visera. Una vez comenzadas las obras, prosiguió con su empeño, al que se unieron otros colectivos: Arquitectura Asturias, Revista Monsacro, el Colegio de Arquitectos, la Universidad de Oviedo... "Estamos muy contentos y agradecemos a todos los grupos políticos que apoyaron esta decisión", afirmó ayer el presidente del Club Popular de Cultura Llaranes, Rubén Domínguez.

Para él, el traslado a Monte Viso, aunque no tan deseable como la permanencia en Santa Apolonia es mejor que el anteriormente valorado en Río Cares, donde el elemento quedaba "descontextualizado". "En Monte Viso, seguirá cerca de su contexto, próxima al apeadero de Renfe, cuyo estilo es similar, y con uso como parada de autobús. Lo que no vamos a opinar es si conviene fusionar las paradas de Monte Aramo y Monte Viso", señaló.

Respecto al expediente de Patrimonio sobre la marquesina, hizo referencia a varios documentos que destacan el interés histórico de esta pieza: "Y en cuanto a la repercusión económica del traslado, ya ha dicho el gobierno local que no va a alterar otras partidas. Además el patrimonio cultural debería ser una prioridad". Por último, sostuvo que el proceso de participación no se había hecho bien, y que simplemente con el dinero de más que se empleará en poner aceras de baldosa en lugar de hormigón se habría pagado el traslado.

Marcos Balbín, representante del Colegio de Arquitectos, aseguró que la singularidad de la marquesina lo es también porque forma parte de un conjunto de arquitectura industrial, y que entender el entorno es también calidad de vida: "La parada fue parte de la identidad de varias generaciones y forma parte del potencial turístico de Avilés". Omar Rodríguez, de Arquitectura de Asturias, agradeció que este proceso hubiera servido para poner en valor una pieza de la arquitectura moderna asturiana. Y Covadonga Vega, de "La Foz del Pielgo" lamentó otras batallas perdidas, como la Térmica. "El valor de la marquesina es de fusión y vertebración de la sociedad", dijo.