Varios vecinos del Nodo denunciaron ayer que dos presuntos estafadores "que recorren Avilés" durante las últimas semanas con el "timo del gas" están actuando en su barrio. Según cuentan, los hombres llaman a los domicilios para ofrecer descuentos en las facturas de la luz y, una vez recogidos los datos de los residentes, los cambian de compañía sin su permiso. "Ayer estuvieron llamando en puertas de las calles de la Trainera, Fragata y Corbeta. Intentan engañar, sobre todo, a las personas mayores. La mayoría ya les hemos puesto cara", aseguran. Las empresas para las que dicen trabajar desconocen la identidad de los individuos, que supuestamente se llevan comisión por cada contrato.

El truco es simple. "Se presentan como comerciales de la compañía eléctrica que tengas contratada. Con la excusa de aplicarte un descuento -un bono social para los más mayores y un descuento anual para el resto-, te piden un recibo de la luz, dicen, para comprobar si se te está ya aplicando o no. Y con tus datos te cambian a otra compañía eléctrica sin que tú te enteres", cuenta Naír Llames, vecina del Nodo. Ayer por la mañana, esta pareja volvió a picar en la puerta de su domicilio, en la calle de la Trainera. "Estaba mi suegro solo en casa, es mayor y tiene principios de demencia. No les quiso enseñar nada y volvieron un par de horas más tarde. Siempre con la misma oferta", subraya.

Rodríguez se enfrentó a un truco similar hace unos meses en el establecimiento que regenta en la avenida Portugal. "Los mismos dos chicos vinieron en febrero al bar, me dijeron que mi compañía era muy cara y me acabaron convenciendo. De paso, me regalaron una supuesta tarjeta de descuento", apunta. Ese mismo día, su asesor eléctrico la llamó por teléfono advirtiéndole de que el nuevo contrato le salía, en realidad, más caro. "Me dijo que era un timo típico, que nunca debes cerrar un acuerdo con comerciales que vengan de puerta en puerta. Estas cosas se cambian en la oficina o por teléfono", añade. La tarjeta de descuento, además, resultó ser un contrato de crédito. "Me la habían vendido como un tarjeta típica de descuentos en supermercados. De casualidad, me crucé con una oficina de esta empresa, entré a preguntar y me dijeron que no, que la tarjeta te daba un crédito de tres mil o cuatro mil euros y que a cambio de eso podías optar a sorteos y cosas así. Pero, claro, pagando esa millonada a final de mes", comenta.

Inma Muria, también vecina de la zona, conoce más casos recientes. "En la calle Jiménez Díaz cambiaron a una eléctrica muy conocida a una vecina hace unos días. Ella dice que solo enseñó su factura a dos chicos", explica. Los jóvenes van siempre de traje y rondan la treintena. "Uno es moreno y otro rapado. Saben que les hemos puesto cara, ahora se aprovechan de los más mayores", denuncia Rodríguez.