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EMILIO SAGI | Dirigió "El imposible mayor, en amor le vence Amor", con que reabrió el Palacio Valdés

"Avilés, Oviedo y Gijón deberían colaborar para tener una programación coherente"

"Ensayamos primero en una sala del teatro y después ya sobre el escenario: hasta había obreros que pasaban por medio del montaje"

Emilio Sagi. JUAN PLAZA

Hace veinticinco años, tal día como hoy, reabrió el teatro Palacio Valdés tras dos décadas clausurado y bajo la amenaza de la piqueta. El director de escena Emilio Sagi (Oviedo, 1948) contribuyó con su trabajo al frente de la zarzuela del dramaturgo avilesino Francisco Bances Candamo "El imposible mayor, en amor le vence Amor" a que esa reapertura fuera una realidad. Entonces, el 14 de noviembre de 1992, Sagi ya era uno de los directores de escena más prestigiosos del país; que haya transcurrido de entonces acá un cuarto de siglo sólo ha servido para consolidar esa posición. Sagi fue el director de actores y cantantes; la parte musical del espectáculo que produjo el propio teatro Palacio Valdés corrió de la cuenta de Lukas Foss y de la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA). Participaron en aquellas funciones, entre otros, Lola Casariego, Gloria Fabuel, María José Montiel, Isabel Monar, Santiago Santana, Martina Bueno, Antonio Castro, César Sánchez, Aurora Cendán, José Antonio Lobato, Ceferino Cancio, Antonio Caamaño, Lidia Otón o Fran Sariego, que entonces se llamaba Francisco Javier Sariego.

- ¿Cómo fue que le llegó el encargo?

-Me lo ofreció Antonio Ripoll, me preguntó si me gustaría dirigir "El imposible mayor, en amor le vence Amor". Quedé encantado aparte de por dirigir el espectáculo porque iba a servir para reinaugurar el teatro Palacio Valdés, que siempre me ha parecido una preciosidad.

- ¿Y cómo fue la selección de los actores y los cantantes?

-Eso siempre se hace entre el director musical y el director de escena. En esta ocasión participó Antonio Martín Moreno, que fue quien se encargó de rehacer la partitura de Sebastián Durón. Poco a poco fueron llegando todos los que iban a componer el equipo.

- ¿Sabía de la zarzuela?

-Obviamente, no. Las zarzuelas barrocas son muy desconocidas. Lo eran entonces y lo siguen siendo ahora. Eso era un aliciente: poder estudiarla. La habían hecho en la época de Bances Candamo y, después, nosotros. El año pasado la volvieron a montar en el teatro de la Zarzuela, en Madrid. Fue otra dirección y fue muy interesante.

- ¿Cuándo empezó a trabajar en el montaje?

-Mucho antes del estreno: casi un año antes. Había que estudiar la partitura, trabajar con el escenógrafo, idear los diseños de vestuario.

- ¿Cómo fueron los ensayos?

-Primero en una sala del teatro y después ya sobre el escenario. Había obreros que pasaban por medio del montaje, había que llegar a tiempo a la inauguración.

- Y llegó el día de la inauguración.

-Todo Avilés y toda Asturias acudieron al Palacio Valdés: todo el mundo quería participar en la reinauguración del Palacio Valdés. Salió muy bien: tuvo muy buena acogida tanto del público como de la crítica.

- Su relación con el teatro avilesino, sin embargo, se ha mantenido.

-Sí, claro. No recuerdo en qué aniversario de la reapertura me llamaron para hacer "L'elisir d'amore" con un reparto asturiano. También he dirigido danza. Me gustaría volver, Avilés me parece una villa bonita y el teatro, un tesoro perfecto para óperas de Mozart o de Rossini.

- ¿Y cómo lo ve ahora, veinticinco años después?

-Lo veo muy bien. Me gusta el festival que se hace todos los veranos. La programación que tiene el Palacio Valdés es muy interesante, pero me parece que Avilés, Oviedo y Gijón deberían colaborar juntas para tener una programación lírica coherente. Los espectadores de Oviedo pueden ira Avilés o Gijón y los de Avilés a Oviedo o la propia Gijón. La cercanía de las tres ciudades hace factible un festival lírico importantísimo.

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