Una de las cosas de las que más orgulloso está Manuel Ponga es de la relevancia que actualmente tiene el teatro Palacio Valdés. "Hemos conseguido ascender al primer nivel, no sólo nacional, también europeo", dijo. "Estoy feliz, pero no sólo por haber contribuido a recuperar el edificio, también por el uso que tiene actualmente", añadió el político que lo fue casi todo en Asturias y en Avilés: el primer alcalde de la democracia, delegado del Gobierno, presidente del Puerto... e impulsor del cambio de cara del concejo. "Lo que pasa es que nunca me tocó inaugurar nada", bromeó ayer poco antes de entrar en el salón del hotel 40 Nudos donde amigos y compañeros del PSOE le rindieron tributo a propósito del vigésimo quinto aniversario de la reapertura del teatro Palacio Valdés.

La reinauguración fue el 14 de noviembre de 1992 y a ella acudió Ponga acompañando al ministro José Borrell. Santiago Rodríguez Vega había tomado el bastón de mando y fue a él a quien le correspondió cortar la cinta de la reapertura. "Fue muy emocionante; sucedió que todo Avilés sentía orgullo de haber recuperado el teatro", confesó el exalcalde y expresidente del Puerto. "Y eso que aquel fue un año convulso", añadió. Unos días antes había concluido la Marcha de Hierro en defensa de la siderúrgica.

El expresidente del Principado Vicente Álvarez Areces asistió ayer al homenaje promovido por la asociación La Serrana, pero también el empresario Daniel Alonso, el viceconsejero Álvaro Álvarez, su compañero de gobierno, Carlos García Robles... Ponga "casi dado de alta" tras muchos achaques, apuntó, recordó a los periodistas el trabajo llevado a cabo para meter el teatro en la lista de los odeones a restaurar con el dinero de Obras Públicas y de la Unión Europea. Iban a ser trece de todo el país. "Y el nuestro fue el décimo cuarto", concluyó.