Dolor y llantos en el cementerio avilesino de La Carriona para despedir a Daniel Darío Capellán, el dominicano que murió a puñaladas en la mañana de ayer a las puertas de un bar de Llaranes por el novio de una de sus hermanas y en presencia de un grupo de amigos con los que se había desplazado a una fiesta en la sala Albéniz de Gijón horas antes. Decenas de familiares y conocidos se dieron cita en el camposanto a media mañana, cuando el cadáver del promotor musical llegó procedente del Instituto Anatómico Forense de Oviedo. "Estamos destrozados", señalaron algunos de ellos.

La familia y los amigos de Capellán, entre ellos la hermana cuyo novio lo asesinó antes de darse a la fuga, llenaban uno de los accesos al cementerio de La Carriona. Muchos se abrazaban y en otros era muy visible el abatimiento tras la brutal muerte del dominicano, que llevaba media vida asentado en Avilés, donde había regentado un bar antes de meterse a promotor musical. El llanto era, por momentos, desgarrador.