"La literatura es el reflejo de la vida y los libros permiten hablar con los niños de temas difíciles y entablar conversación", señaló ayer Lara Meana, miembro del equipo de animación a la lectura Tres Brujas, durante el encuentro "Narrar es sobrevivir" celebrado en la Factoría Cultural.

Ante un auditorio integrado en su práctica mayoría por madres y niños, Meana destacó los muchos beneficios de la literatura: "Sirve para disfrutar y compartir, enseña cómo es el mundo y permite cuestionarlo y enfrentarnos a él", subrayó.

Junto a Beatriz Sanjuán, igualmente especialista en literatura infantil y juvenil, Meana animó al público a dejar a los niños "enfrentarse a los peligros que aparecen en los cuentos; pasar miedo es fundamental", dijo. En este sentido se refirió a la tendencia de los adultos a la sobreprotección y a ofrecer a los niños cuentos con contenidos y finales felices. "La literatura habla de la vida y ésta no es toda de color rosa", comentó la ponente para mostrar que la parte oscura y triste de los libros también forma a los pequeños lectores. Así, comentó que valores como la tolerancia "se aprende viendo personajes intolerantes" o cualidades como la maldad "la puedes reconocer si has leído de personajes malos".

A la hora de desgranar los beneficios que aporta la lectura, Lara Meana resaltó que "un niño que lee se comunica, habla y escribe mejor, es permeable a discursos que te quieren vender, son mejores estudiantes, lo que no quiere decir que sean buenos alumnos, tienen un rango más amplio de intereses y mayor amplitud de miras".

Las ponentes recomendaron a las familias y educadores "leer a los niños y jóvenes en voz alta porque facilita la conversación y se les da un espacio donde ser escuchado ; además, cuando empiezan a leer por ellos mismos ya tienen un bagaje de lectura", apuntaron para, por otra parte, censurar "la instrumentalización de la lectura que existe en la escuela y la poca atención que reciben las bibliotecas escolares debido a la falta de presupuesto", confluyeron.

Tras el encuentro con Meana y Sanjuán que moderó Azucena López, profesora del instituto de Piedras Blancas, la compañía Olga Cuervo ofreció una sesión de cuentos para los niños.