Un mes. Ese es el tiempo que le dio ayer al Ayuntamiento de Gozón la alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, para cumplir con los requisitos previos a que ella asuma la presidencia de la Mancomunidad del Cabo Peñas. Una responsabilidad, que según los estatutos de la mancomunidad, le corresponde por obligación, tras la cesión del cargo por el actual primer edil de Gozón, Jorge Suárez, dos años y seis meses después.

Así las cosas, en la reunión donde en teoría se iba a dirimir el futuro del Cabo Peñas, ayer en la Casa Consistorial de Luanco, no se pudo levantar acta, por la falta del número mínimo de concejales, como ya ocurrió el pasado miércoles. Entre las ausencias, de nuevo, estuvo la de la alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, así como las del resto de ediles PSOE de ese concejo y las de los del Partido Popular de ambos municipios.

Entre las condiciones indispensables que Fernández establece para asumir la presidencia se encuentran el reconocimiento de la deuda que el Consistorio de Gozón tiene con la Mancomunidad, una cifra de 157.142,47 euros. Así mismo, dejar sin validez la decisión del pleno del Ayuntamiento de Gozón de abril de 2013, por el que el concejo se separó unilateralmente. También pide que Gozón cumpla con las cuotas de los servicios mancomunados, entre ellos la piscina, con quien Fernández reclama un acuerdo con las empresa que la explota.