El vertedero de residuos inertes de Montegrande, en Cancienes, cuenta desde ayer con la aprobación de la Consejería de Infraestructuras, que publicó en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (Bopa) una resolución que da por bueno el informe de actuación presentado por la empresa promotora, hasta el punto de que el proyecto del vertedero no necesitará pasar por ningún trámite evaluativo de impacto medioambiental dado que los documentos presentados avalan su viabilidad.

El siguiente paso, por tanto, lo debe dar ahora el Ayuntamiento, que está ya tramitando la aprobación definitiva de un plan especial que regulará la actividad de la empresa en cuestión. El uso de este vertedero es una realidad desde hace años por parte de Excavaciones y Demoliciones Bergantiños, S. L., que necesitaba un espacio en el que poder depositar los materiales desechables de sus trabajos. En 2003 el responsable de la empresa fue requerido por el Principado para que adecuase su actividad a las normas aprobadas en el Real Decreto 1481/2001 del 27 de diciembre, que entró en vigor el 30 de enero del 2002. Desde entonces, varias de estas solicitudes fueron denegadas por el Principado debido a que la ordenanza urbanística de Corvera establece que las fincas no urbanizables -entre las que se encuentra la zona del vertedero de Montegrande- tienen prohibida de forma explícita el vertido de inertes.

Por ello, la empresa promotora elaboró a posteriori un plan especial de regulación y relleno de fincas para poder dar cabida a este negocio. En esos documentos se hace un estudio en profundidad en el que se detalla el impacto del vertedero, llegando a la conclusión de que resulta inocuo para la población, la fauna y el ecosistema.

Pese al visto bueno de la Consejería de Infraestructuras, en la resolución publicada ayer se exige a la empresa el cumplimiento de algunos requisitos, como que los materiales depositados sean "tierras limpias y piedra procedentes de excavaciones" -prohibiendo por tanto los residuos de construcción y demolición-, que en las labores de revegetación de la zona se utilicen "especies autóctonas y adaptadas a las condiciones del medio en el que se actúa" y que se implante "un sistema de cunetas perimetrales para evitar la entrada de aguas de escorrentía" que pudiesen provocar accidentes contaminantes en el entorno.

Los componentes del Colectivo Ecologistas de Avilés, por su parte, se mostraron ayer resignados ante la noticia. "El Principado y el Ayuntamiento están legalizando una mala práctica empresarial muy vieja. Solo esperamos que, por lo menos, se vigile que la empresa no se aproveche de la situación para depositar vertidos contaminantes", explicaron. El colectivo había denunciado en 2016 supuestas "irregularidades" cometidas por la empresa que gestiona el vertedero.