La fuente de San Pelayo, ubicada junto a la capilla que lleva el mismo nombre en Trasona, ya luce como nueva y vuelve a manar agua después de más de dos décadas sin funcionar, desde mediados de los años 90. El Ayuntamiento ha atendido a una vieja petición vecinal y ha restaurado este manantial que data de la década de los 50, con una inversión de 11.600 euros.

Esta fuente fue, mientras funcionaba, un punto de encuentro de los vecinos de la localidad y un lugar de descanso para los peregrinos del Camino de Santiago, según los vecinos que pudieron disfrutarla en esa primera etapa. De ahí que Trasona quisiera recuperarla para disfrute de todos, además de para llamar la atención sobre la pequeña capilla que la acompaña.

Durante las obras de restauración se intentó respetar al máximo la apariencia de la fuente, que consta de un pozo cuadrangular en dos alturas, rematada con un monolito y flanqueada por dos bancadas de cemento y ladrillo, además de mejorar la toma de agua para permitir su funcionamiento. Los vecinos han quedado satisfechos con la obra, aunque algunos echan de menos el "pegollo" en el que se colocaban los calderos y la iluminación antigua, ahora cambiada por unos puntos de luz que semejan faroles.