Asesinato con alevosía y ensañamiento, con la agravante de parentesco y de género y sin atenuantes ni eximentes. Éste es el veredicto, por unanimidad, de los nueve integrantes del tribunal popular que juzgó al pastelero avilesino Julio Pardo por la muerte de su mujer, Ascensión (Susi) Amores, en la Audiencia Provincial. Ahora, será el magistrado Francisco Javier Rodríguez Santocildes el que decida la pena a imponer en la sentencia, pero que oscilará entre los 22,5 años de prisión, la mínima solicitada ayer por la defensa del acusado, y los 25 que pidieron la Fiscalía, la acusación particular y la acusación popular.

Tras conocer el veredicto, el magistrado dictó la prórroga de la prisión provisional por un máximo de dos años a la espera de dictar la sentencia y de que pueda presentarse recurso. Esa prórroga se puede llegar a extender a la mitad del cumplimiento de la pena que se imponga en caso de que los recursos se prolonguen.

Julio Pardo mató a su mujer en su piso del Carbayedo propinándole una treintena de golpes, la mayoría cuando ella aún estaba viva, con una llave inglesa en la madrugada del 26 de enero de 2016, en el domicilio conyugal. En el juicio, aseguró que no recordaba nada y que "nunca le he hecho daño ni he querido hacérselo". "He querido quitarme de delante. Pido perdón a la familia", afirmó.

Durante todo el día esperó la familia de Ascensión Amores el veredicto del jurado popular. Al escucharlo, no pudieron contener ni las lágrimas ni los sollozos. "Asesino, que te pudras en la cárcel", "a Siberia lo mandaba yo", decían algunos de los familiares al acabar la vista.

Julio Pardo escuchó el veredicto del juzgado imperturbable, sentado a un lado de la sala y con dos agentes custodiándole. En ningún momento se movió y tampoco quiso hacer declaración alguna cuando el juez le dio la oportunidad de expresarse. Sólo su abogado se acercó a él cuando acabó la vista para explicarle el fallo del tribunal popular.

La letrada de la acusación particular (la familia), María Martín, y la de la acusación popular (Abogadas por la Igualdad), María Díaz, mostraron su satisfacción por el veredicto, ya que el jurado estimó todas sus peticiones y por unanimidad.

El abogado de la defensa, Félix Guisasola, había calificado los hechos como un delito de homicidio, y solicitado que se aplicara la eximente completa de intoxicación plena al haber actuado completamente borracho y bajo los efectos de pastillas. Pero el veredicto estuvo muy alejado de esas pretensiones iniciales, como él mismo admitió.

El abogado de la defensa indicó que, si bien contaba con un fallo condenatorio, le sorprendió que el jurado popular tuviera en cuenta todas las peticiones de las acusaciones y ninguna atenuante ni eximente de las propuestas por él. "No esperaba que el veredicto fuera tan contundente", admitió.