El benceno, hidrocarburo reconocido como cancerígeno, se disparó el miércoles en Avilés coincidiendo con la gran nube negra que se generó en las baterías de coque por una caída de la tensión en el complejo siderúrgico de Arcelor-Mittal. Los ecologistas sostienen que, tras el incidente, la contaminación en toda la comarca se multiplicó, de manera muy significativa la de benceno, que tuvo un incremento del 3.600%. La estación de control de la contaminación de Llaranes, "pese a que está a contraviento", llegó a un pico de 11,95 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de este hidrocarburo, lo que supone una subida del 3.600% del valor que tenía antes de la emisión, que era de 0,39 µg/m3. El Principado abrió ayer un expediente a la multinacional.

La multinacional sigue investigando el motivo por el que se produjo el corte de energía que afectó a toda la factoría de Avilés. "No hubo una avería. Las baterías, como el resto de instalaciones, se quedaron sin energía eléctrica y por eso se activó el mecanismo de seguridad de la quema de gas en las antorchas", subrayó un portavoz de la siderúrgica.

La apertura ayer de un expediente de investigación a la multinacional por parte del Gobierno regional llega cuando todavía está a la espera de las conclusiones de la Fiscalía de Medio Ambiente por la nube tóxica del pasado mes de abril. "La empresa nos comunicó inmediatamente el incidente, se debió a un fallo de corriente. Las nubes negras se generaron por la quema de gases para evitar problemas de sobrepresión. El expediente está en marcha e investigaremos si fue algo totalmente fortuito o si se debió a otras causas", aseveró la directora general de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón.

Desde Arcelor-Mittal inciden en que la nube negra que hizo saltar las alarmas el miércoles a media tarde en Avilés nada tiene que ver con una avería en las baterías, una instalación que echará el cierre el año que viene una vez que entre en funcionamiento la nueva coquería de Gijón. Pero el nuevo escape, que alarmó a miles de personas de toda la comarca, ha avivado la preocupación por la reiteración de este tipo de incidentes: hace 47 días ya se había producido otro accidente similar en las "obsoletas instalaciones de la siderúrgica", como las definen los ecologistas.

"Esas instalaciones son antiguas, tienen fecha de caducidad y se están construyendo las nuevas baterías en Gijón. De cualquier manera, este incidente pudo tener relación con la edad de la instalación o a simplemente por un corte de corriente. Eso es lo que hay que averiguar", apuntó Marañón. El Colectivo Ecologista defiende que situaciones como las del pasado miércoles se podían haber "resuelto hace años con una alimentación eléctrica alternativa".

En Avilés, se agota la paciencia ante las nubes negras que se vienen generando en las baterías de coque en los últimos tiempos. El concejal de Medio Ambiente, Luis Ramón Fernández Huerga, pidió al Principado "que investigue las causas y las posibles responsabilidades en el fallo técnico que provocó el encendido de las antorchas en las baterías y que provocó la nube negra que todos los ciudadanos de Avilés pudieron ver". El PSOE también va a solicitar que se realice un seguimiento en las labores de mantenimiento de la planta de baterías hasta su parada definitiva. "Es una instalación próxima a su cierre, pero eso no significa que no tengamos que estar atentos y diligentes en el cumplimiento de la normativa. Pedimos al Gobierno del Principado que sea diligente en el control y a la empresa que cumpla las labores de mantenimiento propias de una instalación de este tipo", declaró Huerga.

El grupo parlamentario Podemos en la Junta pretende "acelerar todo lo posible" la tramitación de los planes de calidad del aire tras la última nube negra de Arcelor. "Viene a ser una más de la larga lista de eventos contaminantes que los asturianos y asturianas tenemos que presenciar", señaló el diputado Héctor Piernavieja. La formación morada no descarta "llevar al seno de la Unión Europea" la exposición de los asturianos a la contaminación que a su modo de ver viene determinada "por la falta de inversiones".

El grupo municipal de IU manifestó su "condena e indignación" por el nuevo episodio contaminante. "Prácticamente cada mes vivimos alguna situación de fuga de gases o vertidos a la ría. El anunciado cierre de baterías no es excusa para no acometer las actuaciones necesarias para evitar problemas, averías y fugas. Cuando hablamos de la salud no hay dobles varas de medir, no se puede ser permisivo ni intentar ahorrar en las instalaciones", apuntó la portavoz, Llarina González.

El grupo parlamentario de Ciudadanos pidió explicaciones al Principado sobre el incidente y sobre el mantenimiento de las baterías. "Que las baterías de Avilés son viejas y se están dejando abandonadas es evidente, pero mientras haya actividad fabril hay que estar pendientes de ellas", planteó la concejala Carmen Pérez Soberón.