Un punto negro en el tráfico avilesino del que los vecinos del barrio de Versalles están cansados. Así es el paso de cebra de la rotonda de Los Canapés, donde hace dos días resultó herido de gravedad un peatón atropellado por un turismo. "Por la noche apenas se ve y coincide en una zona donde hay mucho tránsito de gente", señala Antonio Gil, representante vecinal del barrio. "Tienen que poner un semáforo cuanto antes", remarca el presidente de la Asociación Marcos del Torniello.

El de hace dos días no fue el único percance producido en el fatídico paso de peatones. El incidente más grave se produjo el 16 de diciembre de 2016, cuando un avilesino de 59 años perdía la vida al ser arrollado por un conductor deslumbrado por la luz del sol. "Sólo vi una silueta me enteré cuando escuché el golpe", dijo el acusado en el juicio, tras el mortal atropello.

Como consecuencia, el Ayuntamiento retrasó 25 metros el paso de peatones dentro de la calle Gutiérrez Herrero y alejándolo de la rotonda de Los Canapés, colocó vallas perimetrales a ambos lados para evitar que los peatones crucen por donde no está permitido y, además, estableció un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora.

Sin embargo, esas medidas parecen no ser suficientes para los residentes, cada vez más cansados de los atropellos producidos en el lugar. "Los límites de velocidad no se respetan y al ser una vía ancha, con cuatro carriles y sin semáforo, los coches muchas veces van excesivamente rápidos", argumenta el líder vecinal. Si bien en la zona colindante no hay viviendas próximas, el paso de peatones se encuentra en un punto estratégico. A su alrededor, hay un supermercado, el colegio de Versalles y el polideportivo de Los Canapés. Además, el tráfico soportado por la zona es denso, ya que en esa rotonda confluyen algunas de las vías con más tráfico de Avilés, como el acceso a la Variante, la avenida Santa Apolonia o la calle Gutiérrez Herrero o la de la Amistad.

"En el atropello de hace dos días, el hombre tuvo suerte de que la conductora fuera despacio sino estaríamos hablando de otra desgracia", se lamenta Gil. Esa calzada está alumbrada con farolas de gran altura, sin embargo, para el representante del barrio de Versalles la luz emitida es "escasa" por lo que "por las noches, es casi imposible de divisar el paso de cebra porque no se ve, no hay luz suficiente y los coches, que circulan más rápido de la cuenta, no pueden divisarlo hasta que no están encima, lo cual es un peligro para los viandantes del barrio y para los conductores también".

Para los vecinos de Versalles resulta incomprensible ver el paso de cebra sin la regulación de un semáforo. "Es el único de los siete pasos de peatones de la calle Gutiérrez Herrero sin semáforo y es desde luego el más peligroso. El Ayuntamiento debe hacer algo cuanto antes. Solicitamos una reunión para estudiar posibles soluciones", apunta el directivo de la asociación Marcos del Torniello.

A parte de los atropellos recientes, el paso de cebra de la Glorieta de los Canapés arroja una siniestralidad alta desde hace años. Allí, el 8 de diciembre de 2010 también perdió la vida un avilesino de 69 años tras no superar las graves heridas derivadas del accidente. Los vecinos del lugar en ese momento comentaron lo mismo que hace dos días con el último incidente: "Se veía venir". "Así no podemos continuar, hay que poner una solución cuanto antes. Un semáforo, aunque sea uno de botón nos parece la medida más acertada para resolver el problema", zanja Antonio Gil, representante de los vecinos del barrio de Versalles.