"No tengo nada que ocultar. Es todo mentira", ha señalado la mujer a la que la Fiscalía acusa de trato degradante a su abuelo a la salida de la primera sesión del juicio, que ha comenzado esta mañana en los juzgados de Avilés. La acusación pública sostiene que la mujer, N. V. F., hizo creer a su abuelo que tenía que ser tratada de un cáncer cerebral, le aisló y le obligó a tomar medicación y pide para ella un año y nueve meses de prisión por un presunto delito de trato degradante.

El abuelo de N. V. F., natural de Villaviciosa, falleció el 22 de abril de 2014 a los 94 años en la casa de Agones (Pravia) en la que residía con ella desde hacía pocos meses. La acusación particular, que ejerce la expareja de la acusada en nombre de una hija común menor de edad, defiende que el nonagenario estaba siendo retenido en ese domicilio contra su voluntad y que falleció por los deficientes cuidados que le prestó su nieta. Pide para ella una pena de siete años de prisión, cuatro por un presunto homicidio imprudente y tres por trato degradante.

La procesada niega todos los hechos que se le imputan. Ha respondido a las preguntas de todas las partes salvo a la letrada de la acusación particular, Anatolia Ferrera. Sostiene que su abuelo tomaba él mismo la medicación que tenía prescrita y habla de una supuesta demencia. Familiares de Villaviciosa, que insisten en que el hombre quería ingresar en una residencia de esta localidad, y un médico han expuesto en la vista que el hombre gozaba de buena salud para su avanzada edad y que era completamente independiente.

N. V. F. niega haber aislado a su abuelo: "No es cierto, salía todos los días a jugar la partida y a tomar el vino". Afirma que el nonagenario tenía depresión tras el fallecimiento de su mujer: "Cuando se acordaba de mi abuela decía que quería ir a vivir al nicho con su mujer y su hijo".

Las acusaciones sostienen que la acusada hizo creer a su abuelo que estaba enferma y que consiguió que le diera 45.000 euros para someterse a un supuesto tratamiento por un cárcel cerebral en Madrid. Dicen que incluso llegó a ir con él al banco con la cabeza vendada. "No es cierto, esos 45.000 euros era la parte de la herencia de mi abuela que me correspondía a mí", ha aseverado

La defensa, que pide la absolución, apela a una enemistad entre familiares y a un caso marcado por supuestos intereses de la acusación por una herencia. "Para que se dé un trato degradante tiene que ser continuo y causar daño a la víctima. Hoy no se ha probado nada", ha afirmado el abogado José Carlos Botas.

La vista continuará el miércoles, con las declaraciones de los testigos de la defensa y de médicos forenses.