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COVADONGA SANJUÁN | GOLFISTA Y ESTUDIANTE DE LA UNIVERSIDAD PURDUE EN ESTADOS UNIDOS

Hoyo en uno en las Américas

La joven compagina su pasión por el golf con los estudios

Covadonga Sanjuán, en un torneo reciente.

La diferencia entre el deporte universitario español y el estadounidense es un avión. A sus 20 años, Covadonga Sanjuán estudia en la Universidad Purdue el grado de Economía y sienta cátedra con su "putter". El año pasado, cuando fue a competir a Chicago, su padre la telefoneó para saber a qué hora despegaba. "Papá, a la que nosotros queramos: Vamos en jet privado", le dijo como si fuera lo más normal del mundo.

Sanjuán cuenta mil anécdotas parecidas. Es lo que tiene ser una deportista universitaria en Estados Unidos: que no hay color con lo de Europa. "La actitud con el deporte no tiene nada que ver con España", explica la golfista, que completó hasta segundo de Bachillerato en el San Fernando. "En Asturias, si te vas de torneo, te miran mal. En Estados Unidos, te ponen un profesor de apoyo gratis. Es otro nivel", completa, tras un breve silencio, como de reflexión. Pero, en verdad, no hay mucho que pensar. Sólo la escala de su campus habla por sí sola: 70.000 alumnos, es decir, casi la población de Avilés.

En el día a día, parece haber poco espacio para la improvisación. Sus horarios son ajustados, como un golpe dentro del green. Se levanta todas las mañanas a las seis de la mañana y va al gimnasio. Desayuna y se va a clase. No hay tiempo para la siesta cuando toca entrenar, que es en realidad todos los días. "Estar a este nivel no es fácil. Hacen falta mucho esfuerzo y disciplina", comenta. Su vida, está claro es muy diferente a la de su familia en España. Y no solo por las seis horas de diferencia horaria. "Hasta verano ya no voy a tener ni un sólo día libre. Voy a viajar todos los fines de semana".

Su vida no para ni un segundo. En los próximas semanas, estará en Florida, California, Arizona y Georgia. Y en más sitios que no le da tiempo a decir. Eso sí, para ella ir a Las Vegas, por ejemplo, es como para alguien de Avilés que va a Salinas. Sólo con las salidas de la próxima semana sumará la friolera de 5.000 millas y eso sin que quepa la posibilidad de descuidar los estudios. "Aquí las tareas son más del día a día. En España, mis amigas suelen estudiar más épocas de exámenes. Por suerte, los profesores son comprensivos. Te apoyan mucho. Aquí la gente es del equipo de la Universidad. Porque aquí la gente es del equipo de la universidad", explica.

De todas formas, compaginar estudios y deportes no le pilla de nuevas. Sanjuán empezó a dar sus primeros pasos en el golf cuando tenía cinco años. Su padre quería poder jugar con ella y con su hermana, Ana. Cuando abrió el campo de Los Balagares en Corvera, estableció en ese lugar su cuartel general, desde el que paso a paso ha ido preparando su estrategia para dar de comer a su palmarés. A sus 20 años, ha sido campeona de España desde benjamines hasta cadetes, en esta última categoría cuando todavía era infantil de primer año. En el viejo continente, su nombre es recordado por ser campeona de Europa sub-16 dos años seguidos. Una rareza que sólo ha pasado una vez en la última década. Y, entre sus honores, hay destacadas competiciones mundiales, como el Evián Máster, que logró con el combinado nacional en 2011. En Asturias, su swing apenas tiene rival, exceptuando el de sus compañeras del equipo regional, con quienes suma cinco de seis campeonatos nacionales. Y el de su hermana, unos años mayor que ella, y a quien sigue como ejemplo, no sólo en el golf sino también en la decisión de irse a estudiar a Estados Unidos.

Hasta aquí, su vida podría parecer un sueño, pero también es un gran cúmulo de sacrificios. El deporte le deja el tiempo justo para estudiar con su beca, costeada gracias a sus esfuerzos académicos. Y lo más importante de todo: no hay que olvidar que la avilesina es una mujer de 20 años que nunca se ha ido de vacaciones de verano con sus amigas. "Siempre tenía algo. El año pasado casi lo consigo, pero me corté en un prado en Perlora y me perdí el viaje a Marbella", afirma. Ha viajado mucho, pero conoce pocas ciudades. "Cuando voy sólo me da tiempo a ver el aeropuerto, el hotel y el campo", cuenta. Las clases, a pesar del apoyo del profesorado, tampoco aflojan. "Vamos de torneo al salir del aula. Viajamos, entrenamos, jugamos y el mismo día volvemos porque a la mañana siguiente madrugamos para ir a clase", prosigue.

"Mi vida no es normal. Pero lo importante son los estudios. Con el golf, ya veré lo hago", zanja la promesa avilesina. El año que viene se gradúa y luego tendrá tiempo de pensar cuál será su próximo gran golpe.

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