Cuando se acaban de cumplir 28 años del derrumbe del paseo marítimo de Salinas y 13 del aporte de casi 500.000 metros cúbicos de arena a esta playa y a San Juan, los temporales de este invierno, al menos hasta ahora y por primera vez en muchos años, no se han llevado sedimento. El primer derrumbe en el paseo de Salinas se produjo el 30 de enero de 1990 y siguió el 11 de febrero del mismo año. Diez años después se derrumbó el muro delante del real Club Náutico.

La zona más occidental del arenal, junto a La Peñona, es la que sufre los mayores problemas por los embates del mar. En la zona central de la playa de Salinas y en las inmediaciones de El Espartal, un escalón de arena de más de un metro de ancho, protege el muro. "Es increíble que en esta época del año y con temporales tan fuertes la playa esté llena de arena. Esto no se veía desde hace más de una década", señala María Menéndez, vecina de la zona.

Los expertos sostienen que la arena que ahora luce Salinas es la perdida en los últimos años. "En zonas con dunas como Salinas tenemos constatado que ese sedimento que perdieron las dunas fue nuevamente removilizado hacia la playa. De ahí que las dunas sean un elemento indispensable para la protección de la costa", señala Germán Flor Blanco, investigador del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo. "Además al no haber habido dragados (en la bocana del puerto) tan importantes como hace una década, no hay una pérdida de arena tan alarmante como la de los años 2009 y 2010", dice.

"En 2014, se constató que el sistema dunar de El Espartal contaba con zonas que habían retrocedido entre 10 y 20 metros y parte de esa arena está ahora en la playa. Sorprende que los últimos temporales han mantenido gran parte del sedimento en la playa aunque el elemento más dañado durante los últimos 30 años son las dunas, que no paran de retroceder", prosigue el investigador. "Las dunas siguen retrocediendo aunque sea uno o dos metros al año", concluye el especialista.

Los vecinos de Salinas y muchos bañistas de la playa, pese a la situación actual, reclaman un seguimiento del arenal y medidas para evitar que se pierda más sedimento, como ha ocurrido durante años.