Salvador Serra decidió no quedarse de brazos cruzados cuando llegó el momento de la jubilación. "Me hice voluntario de Cáritas en Igualada, en la provincia de Barcelona", explica a LA NUEVA ESPAÑA. Este excomercial comenzó, así, a ver en primera persona las dificultades de los que pedían ayuda a la organización en que colabora: "Pagar gastos, llevar a los niños a la escuela... soy una persona cuya pasión es caminar y decidí unir ambas cosas", añade.

Así salió la vuelta a España caminando. "Llevo 4.400 kilómetros caminados. Salí de Igualada, tiré por Levante hasta Algeciras. Subí a Jerez y Sevilla y tomé la vía de la Plata hasta Santiago", cuenta. Avilés es el final de una etapa de regreso. "Voy a ir hasta Irún, después bajaré a Vitoria, de allí a Logroño, Zaragoza, Lérida e Igualada. Lo que hago son los caminos organizados, salvo en Levante, donde me acogieron en iglesias o con la hospitalidad de familias que no me conocían. Eso no me sucede desde Jerez, porque hay una serie de albergues en el Camino que me dan cobertura", aseguró el peregrino solidario

Serra entrega una serie de papeletas a quien se cruza con él y le pregunta por el motivo de la aventura. En esa papeleta hay un número de cuenta, el de Cáritas en Igualada. "No pido dinero, pido ingresos en la cuenta de la organización a nombre de Camino Solidario", aclara. Es la ES47 2100 0001 0702 0022 1597. "Ya llevamos recaudados unos 4.000 euros", asegura.

Cada etapa es de una treintena de kilómetros. "Pero ya estoy acostumbrado: he hecho un Berlín-Santiago y también un Roma-Santiago", apunta. Camino solidario y de ayuda.