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JOSÉ MARÍA HERRERO, "HERRERÍN" | INVENTOR, BAILARÍN, ACTOR Y FIDELÍSIMO MIEMBRO DE LA COFRADÍA ANTROXERA DEL SANTO ENTIERRO DE LA SARDINA

El maestro de vals de Paula Echevarría

Debajo del disfraz del teniente coronel Tirovidrio, con 30 carnavales a su espalda, hay un jubilado de Ensidesa fiestero y perfeccionista

El teniente coronel Tirovidrio, alter ego carnavalero de José María Herrero, mira con gesto adusto en la calle de la Estación. RICARDO SOLÍS

José María Herrero, "Herrerín", es el hombre que enseñó a bailar el vals a la actriz candasina Paula Echevarría.

-Pues sí- asegura con firmeza.

En "Herrerín" concurre ese mérito y muchos más: el "teniente coronel Tirovidrio", el inventor del porta hamacas y, además, un consumado bailarín de salón: foxtrot, chachachá, mambo, swing y vals.

-Estaba bailando en el palacio de Meres con una actriz, en un descanso del rodaje de "Luz de domingo". Pasó Garci y me dijo que la soltara y que me pusiera con la Echevarría.

-¿Ah, sí?

-Ella no quiso al principio, así que me puse con Álex González. Y cuando estaba ya casi listo, me pidió que le enseñara el undostrés... por lo menos.

José María Herrero es una caja de sorpresas. Tiene 76 años, es de Salamanca, lleva veinticinco años jubilado. Y no para. Lo del porta hamacas no es un chiste. Lo ha patentado. "Consiste en un útil, con curvaturas en la parte inferior en semicircunferencia en ambos extremos para abrazar las barras del armazón de los utensilios", se lee en el informe oficial del aparato.

"Soy una persona muy seria", subraya. Y es normal que quien no le conoce esté de acuerdo con esa afirmación: cuando se junta con sus camaradas de la cofradía del Santo Entierro de la Sardina lo hace con uniforme de oficial. "El traje me lo puse por primera vez en el bar Trasgu, cuando estaba en la calle de Galiana. Me lo había prestado uno. Tardé en devolvérselo. Años después me lo pidió: me dijo que lo iba a vender, sacar unos duros. No me pareció bien que no me ofreciera quedarme con el uniforme. Lo había gastado yo", cuenta. Le costó 20.000 pesetas. "Es a medida... A la suya, claro, pero es que él era tan pequeño como yo, por eso me sienta tan bien", bromea.

"Herrerín" es ahora, pero antes fue "Garbancito"...

-Mis amigos son unos cachondos- determina.

Es pequeño y finge tener mala leche. "Una mala leche de señor mayor", aclara el señor mayor. Justo después de Antroxu cumple los 77, una vida larga que comenzó en medio de Castilla y que se ha desarrollado en Avilés. Trabajó en la industria del montaje y en Ensidesa. En plena reconversión, allá a comienzos de los años noventa, le ofrecieron la jubilación anticipada. "La acepté", asegura. Era militante de Comisiones Obreras, delegado del comité de seguridad en la gran siderúrgica cuando todavía era de capital público. Cuando el futuro comenzó a cambiar, un futuro que se suponía que iba a llegar a una villa de acero incorruptible que, por entonces, cocinaba el Antroxu de la edad dorada, el de la Gran Orden, el de Falo El Cuzo, Gonzalo el del Trasgu... Y, por supuesto, "Herrerín", Teo Siñeriz y Chus Rodríguez, que son leyenda.

"No entiendo a los que no se disfrazan. Cuando te vistes de otro, te transformas", sostiene el veterano bohemio, el maestro de baile, el inventor, el actor campanudo. Trabajó con José Luis Garci y con Benjamín Villaverde en varios cortometrajes y videoclips. En uno es el amante de la chica. El marido de la chica quiere vengarse y se trae a otra moza. "De ella también me hago amante", sonríe.

"Herrerín" ha sido don Quijote, la duquesa de Alba y hasta la Reina Sofía. "Los viernes me visto de mujer. Ahí es cuando dejo libre mi vena femenina", bromea todo él vestido de teniente coronel. "Y eso que no hice la mili. Ni yo, ni mis hermanos, ni mi padre", cuenta. "Herrerín" fue excedente de cupo y sus hermanos tenían un padre sexagenario (la madre de Herrero murió muy pronto). "Yo me he hecho un hombre en el Carnaval", determina el fiestero más veterano.

"No me voy a retirar. Cuando estaba en la fábrica decía que de allí me iban a sacar con los pies por delante y eso mismo digo ahora del Antroxu", asegura. Sólo ha faltado dos veces: en 1996 y en 2004. Las dos veces recorrió Argentina junto a su mujer, Herminia Miñambres.

Estos días anduvo atareadísimo. Por las tardes iba a la nave de Festejos. Allí estaban sus camaradas trabajando en el artilugio que descendió ayer Galiana. "Somos muy anárquicos y a mí me gustan que las cosas se hagan bien. Por eso protesto", dice. Cuando no protesta es cuando baila junto a su mujer; lo hace todas las semanas en Gijón. "Y sí, Paula Echevarría supo marcar los pasos", concluye.

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