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ÁLVARO TATO | Poeta y actor español, miembro de la compañía teatal "Ron Lalá"

"El arte contribuye al libre albedrío, si no creas dejas de pensar"

"En el inicio de 'Crimen y telón' el teatro aparece ahorcado, es una metáfora"

El actor Álvaro Tato. NACHO OREJAS

En "Crimen y telón" el teatro cobra vida, pero lo matan. La nueva obra de la compañía "Ron Lalá", una distopía futurística en forma de musical, tratará de resolver el asesinato del arte este viernes en el odeón avilesino Palacio Valdés. Álvaro Tato, poeta, actor y miembro fundador de la compañía citada, augura una buena acogida en la ciudad: "Tenemos un humor muy afín al asturiano".

- "Crimen y telón" es una distopía futurística, un thriller, un musical...

-Es difícil de categorizar pero es principalmente una comedia de género negro concebida como todo eso, como un thriller, un musical y, sobre todo, un gran homenaje a la historia del teatro. Está ambientada en 2037 y en ese mundo todas las artes están prohibidas.

- ¿Es una obra de denuncia social?

-Bueno, a nosotros no nos gusta hablar de denuncia social en sentido estricto. Más que con la idea de protesta, hacemos esto para que el público se haga preguntas. Es un buen momento para ello, para pensar qué sentido y qué función tienen las artes en las sociedades contemporáneas. Pero toda la trama es un juego. Buscamos la carcajada pura del público. Aunque, eso sí, tratamos de volver a la idea del teatro como esa plaza pública en la que poder debatir y pensar sobre el mundo.

- ¿Pero esas preguntas las tiene que responder el público o los políticos?

-(Ríe). Buena cuestión. La verdad es que creemos que a estas dudas debe darles respuesta la sociedad de consumo en la que vivimos, pero el debate se extiende también a cuánto pueden hacer los políticos y cuánto estamos dejando los ciudadanos que nos hagan.

- En esta obra, más que nunca, puede decirse que el teatro ha muerto.

-Literalmente. El teatro es un personaje en la obra y aparece ahorcado. Es lo primero que ocurre así que no estoy destripando nada. A partir de ahí el detective Noir será el encargado de resolver ese crimen y, para ello, trasladará sus dudas al público, el gran testigo.

- ¿Cómo es un mundo sin teatro? ¿Se nota en la obra?

-¡Sí! El antagonista es el teniente Blanco de la Agencia Anti-Arte -nosotros la llamamos la triple A-, que le hace la vida imposible a Noir. Partimos de la certeza de que dejar de crear, a la larga, hace que dejemos de pensar. Y también de que el arte contribuye al libre albedrío.

- Que el teatro se muera se asemeja a la huelga que hace la Muerte en la novela de Saramago.

-Qué referencia... Es una novela maravillosa. Sí, es una distopía parecida. Yo añadiría "Fahrenheit 451", de Bradbury, una obra en la que los bomberos se dedican a quemar libros. También está "1984", de George Orwell. Hay muchas obras de referencia en "Crimen y telón".

- Este viernes será el público avilesino el que deberá averiguar quién es el asesino del teatro. ¿Se portará bien?

-Asturias en general siempre se porta bien. Creo que tenemos un sentido del humor muy afín y siempre agotamos las entradas. Y el Palacio Valdés es un escenario que siempre se llena porque, bueno, es el Palacio Valdés. Su trayectoria habla por sí sola.

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