Uno de los bares instalados en el paseo de la playas de Salinas alertó ayer a agentes de la Policía Local de la presencia del barquillero Pelayo, un conocido vendedor ambulante de la comarca, junto a la puerta de su local. "Temíamos que molestase a los clientes. Ya le habíamos pedido otros días que no se acercase tanto a la puerta", reconoció ayer su propietario.

Varios vecinos, no obstante, defendieron al vendedor en redes sociales y aseguraron que el varón estaba, en realidad, junto a la barandilla del paseo y no en las inmediaciones del local, tildando de "incomprensible" la queja del establecimiento.