"Nos ha sorprendido el Cabo Peñas y el kiwi, desconocíamos su proceso de plantación y que en Asturias este fruto fuera tan importante", comentó ayer Miguel Ángel Roselló, uno de los 39 turistas que, desde el pasado sábado, recorren Asturias en 19 autocaravanas. Ayer, se adentraron en la comarca avilesina y se deleitaron con "la naturaleza salvaje" de los acantilados gozoniegos. También aprovecharon para recorrer la plantación de la empresa praviana "Kiwinatur", con numerosas fincas de cultivo junto al río Nalón.

"No sabíamos mucho acerca de la historia del kiwi en la región, ha sido un paseo muy agradable", destacó Ángel Martínez, otro de los visitantes. El sevillano recorre el Principado junto a su pareja, Lola Álvarez. Los dos están absolutamente maravillados con lo que están viendo sus ojos y degustando sus paladares. "He disfrutado comiendo marisco y fabes", puntualizó el andaluz, compañero de viaje de otros conductores de auto caravanas, procedentes sobre todo de Cataluña, excepto un turista andorrano.

El periplo de estos viajeros arrancó hace seis días en Cantabria, concretamente en la localidad de Cobreces. Desde ese lugar, han recorrido la costa asturiana, pasando por Llanes y Ribadesella. Ayer, a una hora temprana, tuvieron la oportunidad de conocer el Cabo Peñas, en el concejo de Gozón. "Ya habíamos estado antes en Asturias, pero al recorrerla en autocaravana la hemos visto de otra forma diferente. Nos ha recordado mucho a Nueva Zelanda", destacó Roselló, experiodista en Barcelona.

"Las autocaravanas son una oportunidad de turismo importante. Hay que tener en cuenta que son vehículos caros y que suelen pertenecer a gente con una posición social y una capacidad económica importante", destacó Roselló. "Es como llevar la casa a cuestas, dentro tenemos de todo, cocina, baño, calefacción. Es como un hogar", definió José Pascual, presidente del club "Hymerasm España", organizador del tour por la región. Un viaje que también está dejando sus anécdotas, sobre todo, relacionadas con la particular meteorología asturiana. "No nos acostumbramos a eso de que de pronto haga sol y después llueva", comentó Eduard Rafols, otro de los turistas, que ayer descansaron en Cudillero antes de seguir su ruta.