Finalmente, los "sanjuaninos" pudieron bailar su santo. Los miembros de la cofradía de San Juan Evangelista, todos ellos menores de 33 años y solteros, captaron la atención de los cientos de fieles y curiosos que presenciaron ayer por la tarde en Avilés el Santo Entierro con su peculiar manera de portar la imagen, que ha arrasado en las redes y ha traspasado fronteras. Así se sacaron la espina que tenían clavada desde el martes, cuando la lluvia obligó a suspender la procesión del Santo Encuentro.

El Santo Entierro es una de las procesiones "estrella" de la Semana Santa avilesina, ya que en ella participan todas las cofradías de la ciudad. La salida del cortejo tuvo lugar a las puertas de la iglesia de San Nicolás de Bari, tras el pregón, protagonizado por José Antonio González Montoto, expárroco de Santo Tomás y ahora responsable de la Casa Diocesana del Arzobispado de Oviedo. Tras la ceremonia del desenclavo, los penitentes comenzaron a desfilar por varias calles del centro histórico.

A la cabeza, procesionó la hermandad del Beso de Judas, con el paso de la Traición a Jesús en Getsemaní. Detrás, la cofradía del Santísimo Cristo de Rivero y San Pedro Apóstol portó el paso de Jesús atado a una columna. En tercer lugar, procesionó la cofradía de Nuestro Padre Jesús de Galiana, con el paso de Jesús Nazareno. A continuación, los fieles pudieron contemplar la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza, con el paso del Santísimo Cristo de la Agonía. El quinto lugar fue para San Juan Evangelista con el paso que da nombre a la cofradía. Después, la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y de la Santa Vera Cruz. Por su parte, la cofradía hermandad del Santo Entierro portó el paso de Jesús Yacente. Por último, la cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, con el paso de la Virgen de la Dolorosa.

La solemnidad de los penitentes y la vistosidad de los pasos deslumbraron a los cientos de curiosos que abarrotaron todas las calles del recorrido en forma circular, con principio y final en San Nicolás de Bari. La lluvia estuvo a punto de obligar a suspender la procesión e incluso apareció, de forma débil, en algún momento, lo que obligó a algunas cofradías a tapar sus imágenes con plásticos. No obstante, Avilés pudo disfrutar de uno de los eventos centrales de su Semana Santa, que reúne estos días en la ciudad a miles de turistas.

Ya de noche, la lluvia hizo dar la vuelta a la imagen de la Virgen de La Soledad en Sabugo, aunque se optó por una versión corta de los actos, en la que se mantuvo el canto de la Salve Marinera.

La lluvia chafó las procesiones en otras localidades

Tanto en Gijón, Oviedo como en Villaviciosa, las procesiones se vieron afectadas por el mal tiempo, permaneciendo los actos en los interiores de los templos o teniendo que acortarse, en el caso de alguna procesión como la de Oviedo. En Infiesto, por su parte, sí celebraron su Via Crucis viviente. En Luarca, por su parte, están muy pendientes del cielo.

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La procesión del Santo Entierro de Oviedo se acorta por la lluvia

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Gijón suspende sus procesiones de Viernes Santo por el mal tiempo

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Via Crucis viviente en Infiesto