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San Nicolás y Santo Tomás preparan la primera gran fusión de parroquias urbanas por falta de fieles

El Arzobispado propone sumar las iglesias de Versalles y San Juan de Ávila a la unión de los dos templos más señeros de la ciudad

La iglesia de San Nicolás. RICARDO SOLÍS

Cambio radical en la organización eclesial de la ciudad. Las dos parroquias más importantes de la comarca, es decir, San Nicolás de Bari y Santo Tomás de Cantorbery o lo que es lo mismo, el templo de la villa y el del tradicional barrio de pescadores, han iniciado contactos para fusionar numerosos servicios. Ambas han sido los ejes sobre los que ha pivotado la historia local, sobremanera, tras el boom provocado por la instalación de la antigua Ensidesa, que fue la que causó la última revolución en el mapa parroquial avilesino: la creación de una treintena de parroquias que ahora, en pleno siglo XXI, se hacen menos necesarias. No hay curas para tantos templos y el número de feligreses está mermando. Lo que el Arzobispado ensaya ahora en Avilés es la concentración de servicios en los núcleos urbanos, algo que había probado ya, y con fortuna, en el medio rural.

La fusión de parroquias tiene más causas que la disminución de sacerdotes y va en caminada a mejorar servicios. Permite que se unifiquen horarios de misas, oficios sacramentales, servicios de Cáritas, de catequesis... En esto Avilés ha sido una comarca pionera. Las parroquias de los barrios del sur -del Pozón a Molleda- tienen muy avanzados los trabajos de unificación y muy pronto operarán todas a una. El presupuesto con el que ha trabajado el Arzobispado ha sido contar con un párroco moderador, un "primus inter pares". Es decir, los párrocos lo seguirán siendo, pero el moderador tendrá la voz definitiva a la hora de algún desacuerdo entre los rectores de cada parroquia. Esta unificación de los templos liberará muchas instalaciones anexas.

Lo que se está ensayando en los barrios avilesinos llega ahora al cogollo de la comarca. La primera idea que han lanzado los jerarcas provinciales es la suma de Sabugo y San Nicolás, con todas sus consecuencias. Y, al fruto de esta unión, sumarle también las parroquias de San Juan de Ávila y de Versalles. Esto es lo que están discutiendo los distintos consejos parroquiales.

No existe, sin embargo, un acuerdo común. La creación de una macroparroquia conllevaría el empequeñecimiento de la importancia de los templos de barrios y del medio rural avilesinos. Existe otra propuesta: devolver a Santo Tomás y a San Nicolás las parroquias que, a lo largo de la historia, fueron generando. De este modo, Sabugo se haría grande a costa de San Juan de Ávila, El Nodo y Raíces. Mientras, San Nicolás volvería a acoger en su seno San Agustín, La Magdalena, Versalles...

Los trabajos de fusión en el centro de Avilés han comenzado. El acuerdo final que alcancen, según ha podido saber este periódico, "será el que los feligreses decidan". Se da la circunstancia, por ejemplo, de que la formación para la Primera Comunión y las confirmaciones desborda San Nicolás; y las bodas, Sabugo.

El mapa actual de parroquias de Avilés viene de los años sesenta, cuando había que atender mejor a los creyentes de los barrios, que eran muchos más que los vecinos de las zonas más céntricas. Lo que está sucediendo ahora es, precisamente, todo lo contrario. La Iglesia asturiana busca responder a la nueva realidad y, para ello, trabaja en su adaptación. Actualmente, Asturias cuenta 360 sacerdotes, de ellos, 313 tienen más de ochenta años.

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