Los vecinos de la parroquia de Santolaya quieren recuperar la fuente de Cantalarrana y restaurar el cauce del arroyo "con las garantías que el medio ambiente y la seguridad requieran". Pero, según critican, en ese objetivo se interpone una finca en la que se realizan trabajos esporádicos de urbanización que han cambiado las condiciones iniciales del arroyo.

Dicha parcela está delimitada por la carretera que une Luanco y Avilés y por el arroyo Cañeo/Cantalarrana. Un arroyo seco desde que hace una década se intentase desviar el recorrido del agua y canalizarla por tubos. La actuación se logró paralizar y el agua, ahora, discurre por el cauce y por los tubos, que están acompañados por otros del saneamiento y del abastecimiento de agua, unos sobre otros. Los vecinos quieren saber en qué condiciones están esas conducciones, tanto la del suministro de agua como la que lleva a Maqua los residuos.

Los vecinos denuncian que "la propiedad de la parcela quiere tapar el cauce del arroyo para ganar metros", una situación que "deben paralizar el Ayuntamiento, Hidrográfica o la Consejería de Infraestructuras", señalan.

Hay preocupación por el cauce natural del agua. "No podemos olvidar lo que pasó en 2010 con la gota fría que se llevó por delante el Molín del Puerto e inundó un taller mecánico junto a esta parcela", recuerdan. "Tarde o temprano el agua acaba volviendo a su cauce, y si está tapado, rebosará. Al lado hay una carretera y puede provocar situaciones muy peligrosas. Y por la parcela pasa una línea de alta tensión".