Quantobit, la empresa que fundaron en 2005 los amigos Borja Fernández-Acero y Fernando Menéndez , entonces empleados del departamento de informática de Alsa, encaja en el prototipo de las fábricas que quiere tener Avilés para fortalecer su tejido productivo en el siglo XXI: no echa humo, usa el talento como materia prima, es global y genera sinergias en la comarca. El producto que fabrica Quantobit no es otro que software y a la vista de su crecimiento -ya tiene doce empleados-, con indudable éxito.

Un poco por todo eso, pero muy especialmente por su potencial creativo, el Ayuntamiento de Avilés seleccionó ayer a Quantobit como la empresa más innovadora del año, lo que además de prestigio da derecho al pasaporte para formar parte de la delegación avilesina que participará el próximo 25 de abril en la cumbre nacional de alcaldes de las ciudades integradas en la Red Innpulso, que agrupa a aquellas localidades españolas que más apoyan las infraestructuras orientadas a favorecer el crecimiento económico sostenible.

Los fundadores de Quantobit llevan una trayectoria ejemplar desde que eligieron Avilés como sede de su empresa: inquilinos del vivero empresarial de La Curtidora en sus inicios, premiados por la Cámara de Comercio con al galardón "Futuro Avilés" en 2010, trasladados desde el centro municipal de empresa a una oficina urbana y, ahora que todo les rueda de cara, en proceso de mudanza a otro local más acorde con sus necesidades. Y siempre ligados a Avilés, donde los responsables de la firma dicen tener todo lo que necesitan para desarrollar su negocio: buenas comunicaciones (terrestres, aéreas y tecnológicas), apoyo institucional y seguridad.

La innovación de la que Quantobit hace gala en el sector del software tiene su más clara expresión en el producto estrella de la firma: un algoritmo bautizado como "Biocore" que sirve de núcleo para la implementación en todo tipo de organizaciones, ya sean administrativas, empresariales o sociales, de "una galaxia de aplicaciones" basadas en la tecnología del reconocimiento de la huella dactilar.

Ejemplos de la utilidad del "Biocore": aplicaciones de control de presencia de personas (con la ventaja de que la huella dactilar no se puede "prestar" como las tarjetas codificadas); aplicaciones para el control de accesos a recintos; aplicaciones sustitutorias de las tarjetas de fidelización en comercios... Borja Fernández-Acero avanza, ambicioso, que en Quantobit trabajan con la idea de extender la tecnología "biocore" a estructuras poblaciones más grandes.

-¿Cómo de grandes?

-España, por ejemplo.

Mientras llega el momento de dar ese revolucionario salto, Quantobit deja huella allá por donde pasa.