Víctor Manuel San José había visitado el Palacio Valdés el pasado otoño. En aquella ocasión fue a ver una actuación teatral de su hija Marina y, por lo tanto, no fue el protagonista. Ayer sí, y habló largo y tendido sobre su trayectoria musical, con humor y con recuerdos que provocaron la sonrisa de un coliseo lleno hasta la bandera. "En Avilés toqué en la plaza de España, en el Niemeyer, en la Casa de Cultura y el 14 de febrero de 2009 iniciamos la gira 'Vivir para cantarlo', que en un principio iba a ser de tres o cuatro conciertos y al final fueron 150 entre España y América", relató el músico entrevistado a dúo por el jefe de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, Eloy Méndez, y el director del Conservatorio Julián Orbón, Carlos Galán. Este último expresó su satisfacción con el desarrollo de los actos de la semana cultural iniciada el pasado lunes y la implicación de toda la comunidad educativa del centro de la calle Julia de la Riva. "Siempre hice lo que he querido, toda la vida, con mis aciertos y mis errores", afirmó el artista mierense.

Hace décadas, Víctor Manuel pronunció una frase que fue rescatada por Méndez: "La música es la mejor herramienta para la democracia". El músico la corroboró y destacó el poder de las canciones, "capaces de almacenarse en el disco duro de cada uno" y destacó que incluso los enfermos de alzheimer, como su madre, no pierden la percepción musical.

El Víctor Manuel niño quería ser Joselito y con ese gancho relató su enamoramiento temprano por la música y de aquel locutor chileno llamado Raíl Matas, que le "transportaba" y le animaba a escribir canciones "sin tener ni idea de música". "Tuve un éxito joven y rápido y pensé para qué estudiar si está todo hecho; eso sí, recomiendo estudiar", comentó entre risas. Seguidamente, San José habló de sus influencias en los primeros años, de aquellas piezas italianas o las francesas de Aznavour que pese a que siempre había un filtro personal "las canciones se copiaban". Más tarde, fue un chico de festival. Benidorm, Orense y Vegadeo le permitieron darse a conocer y también ganar 125.000 pesetas que empleó en la grabación de piezas ya clásicas como "Paxarinos", "La Romería" y "La planta 14", entre otras. En aquellos primeros años setenta, él y su compañera, Ana Belén, fueron acusados de pisar la bandera "del agilucho" en México, cuando esa escena no existía en la actuación. "Nos defendió Julio Iglesias, con el que me llevo bien pero no tengo ni el mismo número de hijos ni de muyeres", respondió con ironía. "Siempre ha sido muy limpio", añadió con no menos sorna.

Militó en el PCE en la clandestinidad. "De las ideas que teníamos entonces para el siglo XXI no se cumplió ninguna, el PC es un ordenador pensarán los chavales", bromeó. Sufrió censura en el franquismo y criticó la "involución" que sufre España tras los encarcelamientos de artistas a cuenta de la libertad de expresión "y la mano dura de este Gobierno que solo por manifestarte puede multarte con 30.000 euros".

Víctor destacó que está en plena "fiebre creadora", tanto que le tiene "asustado". "Tengo para mi disco, para el de Ana,...", señaló. Es más, sacará disco en septiembre con 14 temas y anunció además que iniciará una gira entre febrero y marzo de 2019 para presentar su nuevo trabajo, del que no desveló su título pero sí, probablemente, uno de sus temas, "Digo España", que recitó en el Palacio Valdés con aplausos del público. "Hacer una canción es la plenitud, te crees Superman, es más que un escenario, cuando la acabas es un subidón tremendo", señaló el artista que anota ideas en su teléfono, se nutre de noticias del periódico para escribir sus canciones y las pule, posteriormente, tranquilo en su casa. Se declaró amante de la poesía en general y de Blas de Otero en particular. "Si un día dejo de cantar 'Asturias', puede pasar cualquier cosa", comentó durante la charla con Méndez y Galán. Y hablando de Asturias, el jefe de edición de LA NUEVA ESPAÑA le preguntó por la cooficialidad de la lengua asturiana que en 2009 apoyó. Planteó una consulta a los asturianos y consideró que "no es una necesidad perentoria" porque "hay cosas más importantes". También destacó que cada concierto en Asturias es diferente a cualquier otro en otra parte del mundo. "Creo que mi primer disco está en todas las casas asturianas, sino poco faltará. Me preocupa Asturias y estoy al día, tengo una carpeta del ordenador con curiosidades, con coses rares", señaló al tiempo que mostró preocupación por el independentismo catalán y las cuencas mineras y sus minas. "Gusta el humo de los coches pero el carbón gústanos menos", indicó.

Habló de su hijo David, productor de sus discos y de los artistas que ha descubierto y promocionado como Pedro Guerra y Javier Álvarez o "Rozalén, que va como un trueno". "En Gijón, presentó el 'Mucho más que dos'; en Oviedo celebró el cincuenta aniversario en la música... ¿Para cuándo en Avilés?", le preguntó Méndez. "Cuando lleve 70 años", le respondió Víctor Manuel con una sonrisa. Y al final, llegó la sorpresa. Carlos Galán se sentó al piano y Víctor Manuel cantó dos temas: "Para que te quieran y que tú sepas que te han querido" y "Asturias". Y para despedir el acto, una salva de aplausos, señal del cariño de Avilés al mierense.