"Mis ojos también cambian de color con la luz; del azul, al marrón". "Me gusta el tenis y el baloncesto y, de animales, la jirafa". "Tuve una cosa que se llama apendicitis, pero mañana ya me voy a casa". Éstos son sólo algunos de los mensajes que recibieron los alumnos de 5º. de Primaria del colegio Nuestra Señora del Buen Consejo. Cada uno de los 26 niños del grupo envió el pasado enero una carta a al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para alegrarle el día a alguno de los niños ingresados. Recibieron sus 26 respuestas en una semana "Están emocionados porque nunca se habían carteado con nadie. Ahora también han aprendido que hay gente de su edad en situaciones complicadas y que, en caso de que algún día tengan que ir al hospital, no deben tener miedo", aseguró su profesor Jesús Gómez.

La alumna Sara Bastián fue una de las primeras en levantar la mano para explicar en qué consiste la iniciativa. "Escribimos todos una carta contando cosas sobre nosotros, nuestros gustos y nuestras aficiones. No sabíamos quién nos iba a contestar", explicó. El docente envió los 26 sobres al HUCA, que derivó algunas al hospital gijonés de Jove. "Les tuve que explicar que no todos los niños hospitalizados están, digamos, en condiciones de poder escribir cartas y que por eso algunas respuestas se enviaron desde Gijón. Lo entendieron perfectamente", explicó Gómez.

El grupo tiene en la clase un panel con algunas fotos de los compañeros de sus cartas y un mensaje de la docente del aula hospitalaria ovetense en el que agradece el gesto de los avilesinos. "No sabía muy bien cómo se iban a tomar ver esas fotos pero creo que les ha ayudado a contextualizar un poco cómo funciona el mundo. Tampoco sirve de nada tenerlos aislados en una burbuja en la que todo va bien", reconoció el profesor.

Lo que más sorprendió al alumnado es el optimismo que mostraron sus nuevos amigos. "Les chocó que ningún niño les dijese que estar en el hospital era un rollo. No hay una sola queja en ninguno de los mensajes. Creo que se esperaban respuestas más duras", apuntó el docente. Y para nada. Los pequeños ingresados respondieron con mensajes amables, agradeciendo el gesto de sus compañeros y especificando cuáles eran sus deportes, colores y animales preferidos.

La receptora más pequeña, de solo 5 años, fue la única en responder con una carta mecanografiada. "Me dice que aunque ahora está menos enferma sigue sin poder escribir y que para contestarme le dictó todo a una enfermera, que lo puso en el ordenador, lo imprimió y me lo mandó", explicó el alumno Álvaro Rodríguez.

Dos de los ingresados resultaron ser avilesinos: Yago, un niño de Las Vegas que no especifica su enfermedad pero que, según Gómez, tiene a dos de sus primos estudiando en el Buen Consejo, e Iris Suárez, la conocida niña de la ciudad en busca de un donante de médula. Otra niña es de Navia -explica que se partió el fémur en el recreo y que tuvo que ir "corriendo" al Hospital de Jarrio antes de llegar al HUCA- y el resto se reparten entre Oviedo y Gijón.

Como es habitual entre las nuevas generaciones, la mayoría de estos jóvenes tienen cuentas de Twitter e Instagram y su propio canal de Youtube, así que al final de la carta dejaron apuntados sus nombres de usuario en la web para mantener el contacto con sus remitentes. "De todas formas ya sabemos qué niños van a estar una temporada larga ahí metidos y vamos a enviarles otra carta en breves. Se ve que esto les ha hecho ilusión. Trataremos, también, de grabar un vídeo o sacar algunas fotos de la clase para que nos puedan poner cara y vean cómo es el colegio por dentro", aseguró el profesor del grupo. Los suyos son mensajes que curan el ánimo.