La empresa Asturiana de Zinc (Azsa) es una joya tan pulida como brillante porque es la fábrica que más cinc transforma de Europa y porque, además, lo hace con el método más activo de todos. La compañía del grupo Glencore comercializa en primer lugar lingotes de cinc metal al 99,9 por ciento de pureza, ácido sulfúrico como efecto secundario y, desde hace poco, su propio método de trabajo. Lo ha hecho a los Estados Unidos, donde participó en la construcción de una fábrica desde cero. Y ahora también en México, Bulgaria, Armenia y Uganda. Todos los que quieren hacer cinc del modo más eficaz buscan el reflejo que expelen las instalaciones de la compañía de San Juan de Nieva.
El departamento de investigación de Asturiana de Zinc tiene sus oficinas en la avenida de La Playa de la localidad de San Juan de Nieva. El nombre oficial de esta división es ADZ Tecnología. Ha desarrollado métodos de producción que ya son una realidad en Mooresboro (Carolina del Norte, en Estados Unidos). Y también en San Luis Potosí (México) y en Kardzhali (Bulgaria). Además, a través de Glencore Technology, ha participado en la exportación del proceso industrial Albión en Armenia y en la instalación de un horno en Uganda.
Todos estos contratos se han traducido en el traslado a cada uno de los países de personal propio de Asturiana de Zinc, de su filial Mecanizaciones y Fabricaciones (Mefasa) o de auxiliares asturianas. Lo habitual es que el traslado de personal se haga de manera eventual y con el objetivo principal de asesorar al cliente a la hora de la puesta en marcha de la producción de cinc.
En México, la empresa Industrial Minera de México (IMMSA), que comenzó a operar en 1998 como comercializador de aceros y otros metales, reclamó a San Juan de Nieva el diseño y la fabricación de un sistema de barras equipotenciales refrigeradas para poder producir cinc en la localidad mexicana de San Luis Potosí.
Esto es la madre del cordero de la fundición de cinc. Las barras equipotenciales son imprescindibles para la elecrólisis. Los ánodos y cátodos con que cuentan se bañan en cubas que están fabricadas en polipropileno. La operación eléctrica genera mucho calor y, por eso, se hace imprescindible que se refrigeren. Estos último es una innovación ensayada con éxito en San Juan de Nieva (no siempre, en la historia de la planta de Azsa, estas barras se habían refrigerado).
La operación desarrollada en Kardzhali, en el sur de Bulgaria, cerca de Grecia, consistió en la construcción y diseño de una fábrica completa. El motivo fue poder hacer frente a los productos de cinc transformados procedentes de Turquía. Este trabajo se inició a comienzos del pasado año 2014. En Nordenham, al norte de Alemania, también se han trasladado empleados de Asturiana de Zinc (Azsa). La fábrica germana es la segunda en Europa de Glencore. Lo que se desarrolló fue una obra civil: la mofidificación de la estructura de una nave de electrólis y el cambio de la cubierta. La razón no es meramente estética. El proceso electrolítico precisa de un sistema de corrientes que aireen la nave con el fin de contribuir a disipar las altas temperaturas.
La exportación del proceso Albión a Armenia se llevó a cabo en tanto en cuanto en San Juan de Nieva se desarrolló este método a nivel de experiencia piloto. Es decir, en la planta de Castrillón se había probado -en la antigua nave de germanio- y el resultado había sido óptimo, tanto como para poder venderlo en el extranjero. El proceso Albion es una tecnología que adquirió Azsa que basa en la molienda -por medio de un molino IsaMill- del árido de cinc hasta el tamaño micra. Así, en el proceso de fabricación se salta el paso de la tostación y se abaratan los costes de producción.
Otra innovación técnica exportada es de la que se ha beneficiado la empresa Kanshansi Mines, en Uganda, en el centro de África. Se trata, concretamente, del control y de la ejecución de un horno. Asturiana de Zinc brilla con luz propia dentro de la gigantesca estructura empresarial que promueve Glencore. Hace tiempo que su producción supera el medio millón de toneladas.
