"Qué sucio tienes el coche, jefe", escuchó un agente de la Policía Nacional que había parado a echar combustible en la gasolinera de la avenida de Gijón. "Pues lavádmelo", se le ocurrió proponer. Y dicho y hecho: cuatro gitanos se pusieron manos a la obra para dejar el vehículo zeta como una patena. Lo malo es que el agente activó la cámara del vídeo de su móvil y empezó a grabar y así fue como se encendió, a su vez, la mecha de las redes sociales y de las coñas marineras. En medios oficiales de la Policía Nacional se calificó la escena de "broma de mal gusto" y se aseguró que no se recomendará la apertura de ningún expediente. Y es que los tipos que sacaron los cepillos y abrieron el grifo de la manguera lo hicieron porque quisieron. "Para que luego digan que los gitanos 'semos' malos", afirman.

El Ministerio del Interior tiene firmados convenios con distintas gasolineras para repostar combustible. El control es absoluto: cada zeta tiene una tarjeta adscrita a una matrícula y los agentes que conducen tienen que rellenar un documento en el que figuran los kilómetros que hace del anterior repostaje y quién llenó el depósito (consta en ese documento el número del carné profesional del agente). O sea, que no hubo dificultad en localizar al autor del vídeo de los lavadores. No era patrullero. Se da la circunstancia de que los zetas se limpian en lugares específicos y no en esa gasolinera. El lavado también se abona con la misma tarjeta.

Ni el agente que graba ni su compañero estaban de patrulla sino que forman parte del departamento de automoción, encargado de vigilar la flota. Todo ha quedado en una broma que ayer se hizo viral.