"A los dos días de irme a vivir con él empezó a pegarme. También me obligó a prostituirme. Me amenazó con hacer año a mi hija si no lo hacía. Ahora me amenaza con matar al niño que tuvimos en común". Quien habla es Raquel (nombre ficticio), una mujer rumana afincada en Asturias desde 2010 que denunció haber sido víctima de una red de trata de blancas en 2016. Su caso lo investiga el Juzgado de instrucción número 2 de Avilés, donde recayó un caso paralelo, el de otra mujer (ahora es testigo protegido) que sostiene que el mismo hombre (M. I.) la obligó a practicar la prostitución en la ciudad, en la calle Llano Ponte, entre malos tratos y amenazas.

Raquel conoció en una discoteca a su compatriota M. I. Según sostiene su abogada (Ana María González, del Centro de Atención a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos de Asturias (Cavasym), el hombre le prometió una vida mejor, formar una familia y mudarse de Asturias a Galicia. A los tres meses de comenzar la relación, se trasladaron a la comunidad vecina. "A los dos días empezó a pegarme. Me decía que no teníamos dinero y que tenía que prostituirme en la calle. Si no lo hacía, me amenazaba con hacer daño a mi hija (vive en Rumanía y es menor de edad). Me quitó los papeles, el DNI, todo. Me pegaba, se drogaba...", asegura.

Gracias a la ayuda de otro compatriota afincado en Asturias, Raquel consiguió huir y regresar al Principado. Estaba embarazada y tuvo un hijo del hombre que supuestamente la maltrató y la obligó a vender su cuerpo. El niño nació con malformaciones. "Me llegó a dar patadas en la barriga estando embarazada", afirma. Ella nunca había practicado la prostitución, trabajaba como empleada doméstica, profesión que ha retomado. Un día, M. I. llegó a presentarse en su nueva casa de Asturias: "Tenía el crío dos o tres meses, me cogió por la garganta y me amenazó de muerte. Otro día me llamó desde un número privado también con amenazas. Fue cuando decidí denunciar". Raquel presentó esa denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional de Oviedo. M. I. se encuentra en paradero desconocido, tiene una orden de alejamiento en vigor, pero según la denunciante la ha amenazado a través de las redes sociales para que retire la denuncia.

Esta mujer conoció recientemente que otra compatriota padeció una situación similar a la suya, un caso que investiga el mismo juzgado número al sospecharse de que se trata de la misma red. Fuentes próximas al caso explicaron que el modus operandi es el mismo en sendos casos: "Esta otra víctima ejercía de prostituta en un local y M. I. le prometió sacarla de allí y formar una familia. Aquello duró cuatro días. La obligó a prostituirse en la calle Llano Ponte, la maltrataba cuando no ganaba lo suficiente, no le dejaba prostituirse bajo techo y también la amenazaba con hacer daño a su familia de Rumanía. Logró marcharse ayudada por una tercera persona y él se quedó con su documentación", explicaron fuentes próximas a la investigación, que sigue abierta.