En el otoño de 2016 se cubrieron con plásticos los restos localizados en la última década en el yacimiento arqueológico del castillo de Gauzón. Desde entonces y hasta ahora los trabajos en la fortaleza estuvieron parados. En los próximos días, sin embargo, los arqueólogos intentarán desentrañar los secretos de la acrópolis del castillo de Gauzón.

La alcaldesa de Castrillón, Yasmina Triguero, y los directores de las excavaciones, Iván Muñiz y Alejandro García, anunciaron el viernes el inicio de una nueva campaña, la decimoprimera desde que se puso en marcha la iniciativa en 2007. En estas campaña, que inicialmente durará tres meses (dos de trabajo de campo y otro de laboratorio), Muñiz y García quieren indagar en los secretos de la acrópolis, la zona alta de la fortaleza.

"El castillo de Gauzón fue concebido con un orden interno, lo que hace que cada zona esté dedicada a unas funciones determinadas y por lo tanto represente también ambientes y modos de vida distintos. Es uno de los grandes atractivos de la fortaleza, la posibilidad de contemplar en un espacio concreto un resumen de la Edad Media. Las excavaciones de las torres nos pusieron en contacto con la atmósfera militar, con los hechos de armas. El palacio permite entrever cómo vivían los reyes de Asturias, calentándose en la habitación central, lavándose en el baño, acciones mundanas muy distantes de las hazañas que nos retratan las crónicas, propias de los seres humanos que iban tocados con la corona", señalaron Iván Muñiz y Alejandro García. "Pero la acrópolis, el sitio escogido para esta nueva campaña, constituye otro mundo, el mundo de la soldadesca, de la guarnición y de los sirvientes que insuflaban vida al castillo. Siempre nos la imaginamos como una parte vinculada a su defensa por su cercanía al acceso; también como una zona acaso más modesta y destinada a labores variadas. Lo que hemos visto en años anteriores y lo que buscamos documentar en esta campaña son elementos como el aljibe, que nos hablan de las necesidades vitales de los ocupantes: agua, almacenamiento de comida, incluso tareas de transformación de productos. Estas son algunas de las hipótesis de las que partimos", indicaron Muñiz y García.

Los arqueólogos localizaron el aljibe en las excavaciones que realizaron en el verano de 2015. El depósito, que se nutría de lluvia y de manantiales cercanos, pudo funcionar hasta los últimos años de uso de la fortaleza.

Símbolo colectivo

"Esperamos que con el paso de los años alguien eche la vista atrás y se dé cuenta de lo que ha supuesto el castillo de Gauzón para la investigación sobre el reino de Asturias y para nuestro propio sentimiento de identidad. Hay personas e instituciones que llaman interesándose en visitar el yacimiento cuando se desplazan hasta estas tierras porque desde el punto de vista científico se lo conoce internacionalmente", manifestaron los arqueólogos.

"No creo que pueda definirse este deseo de verlo como una simple inquietud cultural nacida de la curiosidad. Hablar de 'peregrinación' y de 'santuario histórico' quizá sea la manera más correcta de referirse a un fenómeno que debemos alimentar día a día como un buen fuego. Gauzón proporciona ese calor único de los sitios históricos en los que nacen los símbolos colectivos", concluyó Iván Muñiz.