El alto precio que pagaron los comercializadores por la xarda que se descargó en las rulas asturianas salvó la campaña de este año, que ya está cerrada para la mayoría de barcos. Las ventas de caballa entre los meses de marzo y abril -los principales de la costera para la flota asturiana- cayeron en un 52 por ciento: pasaron de los 9,8 millones de kilos de 2016 a los 6,5 millones de este año, según los datos de la Dirección general de Pesca del Principado de Asturias. Esa importante caída, sin embargo, no lastró en demasía las cuentas de los pescadores ya que la especie alcanzó precios poco vistos hasta ahora. En algunas lonjas se llegó a pagar hasta 1,66 euros por el kilo de xarda, como en Candás, cuando lo habitual es que ronde los 0,70 euros. En Avilés, principal puerto asturiano, la media en abril fue de 1,11 euros el kilo y en Gijón, de 1,03. Eso permitió que la facturación por la venta de caballa en la región alcanzase los 7 millones de euros, por los 7,4 millones de euros de 2016.
"Se mantuvo un precio estable gracias a las fábricas de congelados. Si no hubiera sido así, la campaña de xarda habría sido un verdadero desastre", reconoció ayer Ramón Álvarez, gerente de la sociedad "Nueva Rula de Avilés". El responsable de la lonja avilesina achacó la importante caída de las subastas de caballa a los temporales que azotaron la región en el mes de marzo. Eso provocó que, por ejemplo, no fueran a descargar a Avilés barcos portugueses que ya se habían comprometido a vender en la ciudad. "Perdimos muchas descargas ya que la mayoría de esos barcos portugueses optaron por quedarse por la zona de Galicia por los temporales ya que el pescado se desplazó hacia el occidente", explicó Álvarez.
Así las cosas, pese a la caída de las descargas, el gerente de la rula avilesina se mostró más o menos satisfechos ya que la situación podría haber sido "mucho peor" de lo que parecía al inicio de la costera. En Avilés, entre marzo y abril, se vendieron 2,7 millones de kilos de xarda por los que se facturaron casi 2,2 millones de euros. Ahora, la gran lonja asturiana está a la espera de otra de las grandes campañas, la del bonito.
