José Ramón Pérez Saiz, "Campino", el corverano de 63 años fallecido el martes en la zona de acceso prohibido al dique de San Juan de Nieva, era un "experimentado pescador". "Andaba muy bien por los acantilados y las rocas, pero al final...", decía ayer Daniel Pérez, su hijo mayor, completamente roto, en la sala 6 del tanatorio de Avilés. A pocos metros de él, la mujer de su padre, Amparo Ramón, lloraba. Illán Pérez, el hijo pequeño, charlaba en el exterior con amigos. "Casi nunca iba a pescar a ese lugar, no le gustaba, prefería ir a Galicia", señalaba Daniel. "El martes era mi cumpleaños, me dijo que me llamaría cuando volviera de pescar, pero no le dio tiempo", lamentaba Illán. Los dos hijos de "Campino" también tuvieron tiempo ayer para recordar a su madre, fallecida hace año y medio por un cáncer.

El jubilado de Saint-Gobain se encontraba pescando en el dique de San Juan a las siete y media de la tarde cuando resbaló y se precipitó al agua. El resto de transeúntes que estaban en la zona no pudieron hacer nada por salvarle la vida pese a los intentos. Hubo quien llegó a tirarle una cuerda, que el infortunado llegó a sujetar con sus manos. Pero, al final, el mar se lo llevó, según el relato de los testigos. "No puedo más", fueron sus últimas palabras. La autopsia realizada ayer el Instituto de Medicina Legal de Asturias, ubicado en Oviedo, confirmó que el corverano pareció ahogado.

La tragedia tuvo lugar en el mismo lugar en el que murió el día de Reyes la atleta amateur Élida Fernández, que preparaba una maratón en esta zona de acceso prohibido, cuando una ola la empujó al agua. Es decir, en lo que va de año, el espigón suma dos defunciones por accidente en una zona restringida al paso por la Autoridad Portuaria, que hace tiempo colocó cadenas y carteles de advertencia para cortar el paso. Muchos siguen haciendo caso omiso, a pesar de las reiteradas advertencias.

La familia del fallecido recibió ayer en el tanatorio, uno a uno, a los excompañeros de trabajo y amigos de "Campino", como todos conocían al antiguo empleado de la fábrica de Saint-Gobain, donde recaló en 1977, cuando era Cristalería Española. Alguno aún seguía sin creerse la trágica muerte del corverano, que fue afiliado durante años a Comisiones Obreras. "No doy crédito, era un pescador con mucha experiencia", comentaban dos exempleados de la planta, en el aparcamiento del tanatorio. Muchos habían mantenido contacto con él tras su retiro laboral precisamente a través de esta afición.

La despedida de José Ramón Pérez Saiz, "Campino", será esta tarde a partir de las 18.00 horas en el tanatorio de Avilés, donde sus restos permanecerán a lo largo de todo el día de hoy. Su cuerpo será incinerado. Su mujer, sus hijos y el resto de familiares han decidido no celebrar funeral. "Es muy duro todo lo que está pasando", acertaban a decir ayer sus allegados, en medio del más absoluto silencio.