El presunto agresor, peluquero. La víctima, repartidor de paquetería urgente. Ambos se conocían de siempre, de la avenida Santa Apolonia. Solían ver los partidos de fútbol televisados en un bar situado en el número 49, y sus discusiones nunca iban a mayores. Hasta el domingo. Entonces tuvieron una bronca y F. C. M. presuntamente amenazó a M. G. M.: "Es un hombre de mal beber, ese día entró en el bar diciendo barbaridades y amenazó a M. diciéndole que tenía un arma", aseguró ayer una testigo de la riña. El miércoles por la noche el peluquero, de 57 años, disparó una vez contra el repartidor con una detonadora Ekol special 99 de 9 milímetros, según medios policiales. Luego el arma se le encasquilló.

M. G. M. resultó herido en el cuello y en la parte anterior del tórax y fue trasladado en estado grave al Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, por el equipo de la uvi móvil. Quedó ingresado en el servicio de Cirugía torácica, donde ayer valoraban el tratamiento a seguir. Aunque solo recibió un disparo, M. G. M. tenía restos de 14 balines, uno de ellos en el pulmón. La detonadora que utilizó el peluquero tenía la munición modificada con perdigones, según ha podido saber este diario. F. C. M., por su parte, esperó a ser detenido por las fuerzas del orden. Ayer fue valorado por el equipo de Psiquiatría y, posteriormente, trasladado a la Comisaría. Hoy, está previsto que pase a disposición judicial y ya cuenta con defensa.

El incidente quebró la tranquilidad en la avenida de Santa Apolonia. Eran las 22.45 horas cuando los vecinos escucharon gritos en la calle. "¡Hijo de puta ven fuera que vamos a arreglar lo nuestro!", dijo, según testigos, para sacar a M. G. M. del bar. El herido salió fuera. "El peluquero sacó una pistola de fogueo, la víctima se abalanzó sobre él para quitársela y en ese momento fue cuando el agresor sólo realizó un disparo en el pecho del repartidor, que fue evacuado en ambulancia al hospital", explicaron esos testigos.

El propietario del bar frente al que ocurrieron los hechos, Iván López, manifestó que lo acontecido "es algo inexplicable". "Sabemos que tiene mal beber y el domingo ya tuvimos algún problema con él, pero nadie pensaba que iba a llegar a esto", dijo. "Aquí en el barrio nos conocemos todos, incluso la víctima cortaba el pelo en la peluquería del agresor, y la hija del agresor trabaja de camarera aquí conmigo", agregó. Su pareja, Angie Callejas, lamentó lo ocurrido: "Aquí no dejamos entrar a cualquiera, miramos mucho por nuestros clientes, y lo que ha ocurrido ha terminado con una amistad que nos afecta a todos de una u otra forma".

En Santa Apolonia, ayer no se hablaba de otra cosa que no fuera "el perdigonazo". Tanto el agredido como el presunto agresor son muy conocidos en El Pozón. Muchos vecinos contactaron con M. G. M. a través del teléfono móvil para interesarse por su estado de salud. "Está mejor, evoluciona bien", dijo una vecina. Ricardo López García, también vecino de la calle Santa Apolonia, destacó: "M. G. M. es un chaval prudente y es amigo del otro. ¡Eso de andar con una pistola de perdigones por ahí es una chiquillada!", manifestó. López, hostelero, señaló: "Lo que está claro es que no ha sido un ajuste de cuentas".

Ahora, los vecinos confían en que el barrio retome la tranquilidad. "Parece que esto es el Bronx cuando todo lo que ocurrió, por fortuna, se quedó en un cosa leve", concluyó un vecino que conoce tanto al supuesto agresor como a la víctima. La investigación de los hechos están en manos de los agentes de la Policía Nacional de Avilés.