"Seguiré con la tradición de mi padre, seguiré pescando toda la vida hasta que muera, que descanse en paz". Así de claro se expresó ayer el hijo menor de José Ramón Pérez, "Campino", Illán Pérez, horas antes de la incineración en el tanatorio del cadáver de su padre, el pescador fallecido en el espigón de San Juan de Nieva el pasado martes, cuando estaba pescando.

Por el momento, la familia no ha decidido dónde descansarán las cenizas del trabajador jubilado de Saint-Gobain. Una de las posibilidades que baraja es llevarlas al osario del cementerio de Pipe (Pillarno, Castrillón), donde descansan sus padres. "No sabemos qué hacer todavía", señaló el hijo pequeño de "Campino", un mote que recibe desde niño por el pueblo de origen de sus progenitores en Burgos, a unos veinte kilómetros de Arija, desde donde se trasladaron a Avilés decenas de trabajadores de Cristalería en los años cincuenta.

"Campino" era un enamorado de las motos y también un gran aficionado a la pesca. Según el relato de sus hijos, al avilesino afincado en Los Campos (Corvera) desde hace una década le encantaba pescar en Galicia y apenas iba a la zona de acceso prohibido del espigón de San Juan de Nieva, donde perdió la vida por ahogamiento el pasado martes. José Ramón Pérez Saiz, de 63 años, deja mujer, Amparo Ramón, y dos hijos, Daniel e Illán Pérez.

Durante toda la jornada de ayer, toda su familia recibió el apoyo y el consuelo de decenas de amigos, que se pasaron por el tanatorio avilesino antes de la incineración. Muchos de ellos, eran también excompañeros de trabajo.