Todo el optimismo que pintaba su futuro a corto plazo el armador Fidel Álvarez Garaot, que junto a sus hermanos y el cántabro Juan José Baranda Miguel descargó el lunes los primeros 7.000 kilos de bonito del año, se ha esfumado de golpe. "Cuando hace unos días pusimos rumbo desde el Atlántico a Avilés para asegurarnos ser los primeros en desembarcar los primeros bonitos del año dejamos la zona cargada de peces... Pues no ha pasado ni una semana y los compañeros de otros barcos que siguen allí nos comentan que el bonito se ha esfumado, que no se ve uno", comenta Álvarez Garaot.

La alegría por haberse embolsado el plus que supuso la venta récord del "campanu del mar" a razón de 300,20 euros el kilo (la remesa pagada a ese precio fue de 122 kilos, el resto de las capturas tuvo un valor medio de 17 euros) le duró poco a Álvarez Garaot y demás tripulantes de los barcos que dieron la campanada apenas 24 horas. Ayer por la mañana, mientras ultimaba los preparativos para zarpar de nuevo con destino a las Azores, llegaron las noticias desalentadoras: "El grueso de la flota bonitera se encuentra ahora a unas doscientas millas al Nornoreste de la isla más oriental de las Azores. Y no ven ni un bonito, están buscándolos".

Este consumado pescador de túnidos natural de Oviñana (Cudillero) -lleva 14 años yendo en pos de los primeros de la costera- lamenta volver a empezar de cero tras haber tenido, según admite, "cierta suerte" en el viaje inaugural de la temporada al encontrar muy pronto ejemplares en abundancia y de gran tamaño para lo que se estila en estas fechas del año. "La mar es caprichosa. Lo mismo das hoy con un buen banco de peces que te pasas una semana en blanco", comenta a la vez que se consuela con la seguridad de que, tarde o temprano, los bonitos volverán a dar indicios de vida. "Nunca hubo un verano en el que faltaran a su cita", asevera.

Los barcos de Álvarez Garaot, el "Esmeralda Tercero" y el "Berriz Amatxo", se hallaban ayer de tarde en Cudillero poniéndose a punto para su nueva travesía. En contra de los planes iniciales del armador, que quería haber hecho la parada más breve en tierra tras haber vendido los primeros bonitos del año, hubo un retraso debido a la necesidad de reparar una avería detectada en un sistema hidráulico del "Esmeralda Tercero". La nueva previsión pasaba por zarpar con la primera pleamar de hoy miércoles, siempre y cuando la empresa encargada de la reparación entregase el barco para ese momento y en orden de revista. En el Atlántico, se hallan ya decenas de pesqueros cántabros y vascos siguiendo el rastro de los bonitos; el grueso de la flota asturiana entrará en acción cuando los cardúmenes se acercan más al litoral.