"Ni le insulté ni la pegué, nunca le he amenazado, para nada", declaró Javier Ledo Ovide, acusado de malos tratos a su expareja y amenazas. Su declaración fue por videoconferencia desde la cárcel de Mansilla de las Mulas, en León, donde permanece desde hace tres meses como consecuencia de ser el presunto autor de la gijonesa Paz Fernández Borrego, que fue hallada muerta en el embalse de Arbón, en Navia. Ledo Ovide negó en todo momento cualquier maltrato a su expareja y reconoció que el día 2 de febrero de 2017 acudió a una sidrería naviega a buscar al hijo que tiene en común con su excompañera sentimental después de que ella, también acusada en el juicio, "estuviera bebiendo esa tarde".

"Fui a buscar a mi hijo y yo no la insulté, ella sí lo hizo", señaló desde la cárcel leonesa. La vista oral se desarrolló en el Juzgado de lo penal número 2 de Avilés. Una hermana del acusado declaró como testigo e indicó ante el juez que escuchó amenaza alguna en uno u otro sentido. La expareja sentimental de Ledo, acusada por un delito de injurias, se acogió a su derecho a no declarar.

El menor pasó esa noche en casa de sus abuelos. Horas antes, la expareja de Ledo acudió al cuartel de la Guardia Civil de Navia. El agente que la atendió declaró como testigo: "Vino una mujer y me dijo deténgame soy una mala madre, olía a alcohol". El guardia civil prosiguió su relato: "Al tiempo llegaron dos personas -Ledo y su hermana-, hice el atestado y supuse que había algún problema".

La Fiscalía mantiene una pena de dos años de cárcel para el acusado y 15 días de localización permanente a su expareja por un presunto delito de injurias. Los abogados de la defensa de ambos acusados piden la libre absolución. El caso está visto para sentencia.

Fuentes de la familia aseguraron después de la vista oral que acudieron al juicio "no para defender" a Ledo sino para "colaborar con la Justicia" a la hora de esclarecer los hechos.