Armando Barrio dirige la histórica compañía Conservas Artesanas Agromar. Participa en Avilés en el cuarto Foro Agroalimentario, un encuentro comercial que organiza la empresa pública Asturex desde 2014 con el fin de propiciar el encuentro entre representantes de firmas asturianas y compradores y distribuidores extranjeros. Barrio atiende a LA NUEVA ESPAÑA en un receso entre dos de las más de cuarenta entrevistas que tiene programadas entre ayer y hoy en el invernadero del hotel Palacio de Ferrera.
- ¿Qué le parece este encuentro?
-Estupendo. Me parece muy positivo porque nos encontramos aquí, en un corto espacio de tiempo, con un montón de posibles compradores que, encima, son un poco seleccionados por la labor hecha por Asturex. Luego hay que filtrar lo que viene, pero, en principio, muy bien.
- ¿Ayuda este foro a la expansión de un empresa como la suya?
-Sí, sí, sin duda. Una cosa es que tengamos en dos días, me parece que son cerca de cuarenta entrevistas, y otra cosa es el resultado final. Hablamos de un 20 por ciento de éxito, pero los contactos que no salgan inmediatamente pueden salir más adelante. Ayuda, claro que ayuda.
- ¿Cómo está el sector conservero?
-En los años cuarenta y cincuenta, la conserva asturiana era mucho más importante que este momento. Tuvo una decadencia y ahora está resurgiendo, aunque está lejos de lo que pasaba entonces.
- ¿Cómo se nota?
-Hay nuevas empresas y las que estábamos nos estamos especializando en los productos de calidad, que es lo que siempre hubo aquí. Lo que buscamos es vender en el mundo, no limitarnos sólo a Asturias o a España, no. Los clientes están fuera.
- ¿Qué conserva es la más exitosa?
-Cada mercado, cada país, es un mundo. Vendemos en Italia mucho caviar de erizo de mar, porque allí lo conocen bien, y, además, mucho atún en aceite de oliva. En Francia lo que vendemos, sin embargo, es más bonito en aceite de oliva.
- La conserva parece que ya no es la comida de pobres.
-Efectivamente. Este resurgir de la conserva, ya le decía, la está situando casi, casi, en niveles de lujo. Hay bares que se toma el aperitivo a base de conservas, pero de alta calidad.
- Son una empresa pequeña.
-Trabajamos en Agromar unas 22 personas de media. La nómina varía: en verano podemos estar 30 y en invierno, la mitad.
- En su negocio se tiene que proveer de latas y también de productos, ¿no eso?
-Principalmente. No queda en Asturias nadie que haga envases, latas, lo que nosotros llamamos metal gráficas. Hubo hasta hace poco. Así que nos tenemos que surtir en la parte de Vigo y también de la parte de Navarra. El pescado, el bonito, lo compramos siempre en Gijón y en Avilés. La anchoa este año también la compramos en Gijón: hubo mucha. Cuando no hay, vamos al País Vasco, en Cantabria. Los oricios vienen de Galicia.
- ¿Dónde está el futuro del sector?
-Los que somos pequeños tenemos que trabajar producto de alta calidad y vender donde estén dispuestos a pagar por esta calidad. Luego están los grandes, que sólo van a volúmenes.
