"Este centro es un lujo; la atención es impecable y la enseñanza estructurada pero libre", comentaba ayer Nuria Núñez, alumna de la Escuela de Cerámica, durante la inauguración en la Factoría Cultural de la exposición que reúne los trabajos realizados a lo largo del curso por los asistentes a los talleres infantiles y de adultos. El año que viene aspira a tener uno para adolescentes.

Las creaciones de los más pequeños, de entre 6 y 16 años, cobran especial protagonismo en la muestra por su vistosidad, creatividad, espontaneidad y libertad de producción. Sus propuestas se sitúan bajo la temática "Arte rural y naturaleza", que centró el trabajo de todo el curso. El resultado es una instalación en la que figuran animales, herramientas de trabajo, maquinaria propia del campo, alimentos y hórreos, entre otros objetos que pueden contemplarse hasta el día 28 de junio en las dependencias artísticas de la avenida de Portugal, 13.

Los jóvenes también son los autores de unos tiestos de gres en los que los alumnos plantaron bulbos y semillas que, ya germinados, ambientan los espacios de la Factoría, como destacó Benjamín Menéndez, junto a Lola Varela, profesores de la Escuela de Cerámica. Durante su intervención en la apertura de la muestra, el docente resaltó el nivel, la variedad de piezas y técnicas de las obras realizadas por los adultos y centró la atención en la nueva cantera de ceramistas, "donde podemos encontrar buenos artistas en el futuro".

Por su parte, Anabel Barrio, directora de la Factoría Cultural, anunció que el próximo curso, la Escuela de Cerámica, que alcanza 35 años de vida, aspira a crear un taller para adolescentes. Se sumarán así a los más de 200 alumnos, algunos llegados cada día desde Castropol, caso de Nuria Núñez. La distancia no es un inconveniente para ella ni para Dulce María Rodríguez, que se traslada a Avilés desde El Franco. "Aquí hay pasión por el aprendizaje", indicó.