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"Estaba siempre colocada, fumaba treinta porros al día", confiesa una joven a tratamiento

Prefiere el anonimato: no quiere decir su nombre y mucho menos posar para la fotografía. Pero no duda en relatar su historia: María (nombre ficticio) tiene 29 años y con solo 16 se enganchó a la droga, concretamente, al cannabis. Lo que empezó con un "porro" de vez en cuando fue mucho más después. "Fumaba unos treinta porros al día", confiesa. Y continúa: "No veía el problema, me gustaba fumar y ya está". Ahora ha abierto los ojos: "Me doy cuenta de que pasé trece años de mi vida colocada, fumada". Más aún: "Me dejé un dineral en tabaco y en porros, pero no era consciente de mi problema". Un estudio elaborado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) ha analizado la percepción de los jóvenes sobre el consumo y regulación del cannabis: casi el 60 por ciento se muestra permisivo con el consumo en adultos y más de la mitad, el 53,6 por ciento, apostaría por su dispensación en espacios autorizados. Un 26 por ciento justifica una prohibición total. Para Ignacio Calderón, director general de la FAD, "la sociedad está integrando el cannabis como algo normal y eso lleva a que se rompan muchos diques de contención".

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