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El nuevo plan para dejar los porros logra desenganchar "desde el tercer mes"

Amigos Contra la Droga se felicita por el éxito del programa creado en 2017 para el cannabis, la sustancia más consumida por los jóvenes avilesinos

Por la izquierda, Richard Rodríguez, Arcadio Montoya y Víctor Manuel Feito, en Amigos Contra la Droga. M. VILLAMUZA

Una dosis es tan devastadora para el cuerpo como un nocaut. El cannabis es una droga peligrosa que está detrás de cuadros de ansiedad, esquizofrenia... En el periodo de intoxicación, la marihuana dispara los latidos y hace trizas la memoria a corto plazo, la atención y el juicio. Pero, sin embargo, es una de las drogas con mayor permisividad social y la más consumida por los avilesinos de entre 20 y 35 años. Esta situación ha llevado al centro para el tratamiento de las adiciones Amigos Contra la Droga a liderar un programa de desintoxicación que después de año y medio de funcionamiento arroja resultados muy positivos: "Alrededor de un veinticinco por ciento de los usuarios abandona antes de tiempo, pero los que permanecen a tratamiento al menos tres meses dejan de fumar porros", explica Ana María Menéndez, psicóloga del colectivo.

De este programa -con una duración estimada de un año por usuario- se benefician a día de hoy 27 personas, la mayoría consumidores problemáticos de cannabis. En 2017, pasaron por el centro otros tantos adictos a los "porros". El perfil de quienes demandan tratamiento es el de jóvenes en torno a los treinta años, con un patrón de consumo altamente compulsivo (alrededor de quince cigarrillos de cannabis al día) y una media de trece años de evolución. Generalmente, consumen también alcohol y otras sustancias ilegales, sobre todo, los fines de semana, explica Menéndez.

El programa, financiado por Fundación La Caixa y EDP Solidaria, persigue la abstinencia de los chavales a tratamiento -son evaluados mediante analíticas y cuestionarios- y también la mejora de la salud mental de los consumidores problemáticos de cannabis: consumir "porros" con regularidad puede provocar síntomas de trastornos mentales como psicosis y esquizofrenia especialmente en personas predispuestas a padecer enfermedad mental.

Otros objetivos del plan de Amigos Contra la Droga pasa porque los usuarios mejoren sus habilidades sociales. "Muchos tienen problemas judiciales por pequeños hurtos, peleas o trapicheos relacionados con el consumo de cannabis", apunta la psicóloga de Amigos Contra la Droga, que agrega: "Uno de nuestros fines es que estas personas en lugar de entrar en prisión vengan aquí a tratamiento como medida alternativa". Los chavales reciben también calles de educación para la salud y educación en valores: "Para muchos el consumo de cannabis es una herencia y vienen de familias en las que sus padres son más consumidores que ellos", subraya Menéndez.

Este colectivo lleva detectando desde el año 2014 un incremento de consumidores problemáticos de cannabis, una cifra que concuerda con los resultados de las últimas encuestas del plan nacional sobre drogas. En Amigos Contra la Droga, los adictos a los "porros" deben estar alrededor de doce meses a tratamiento. Los tres primeros los realizan en régimen de centro de día, los siguientes en régimen ambulatorio. Los horarios y el tipo de actividades que se desarrollan son iguales que para el tratamiento de otras sustancias, pero variando los contenidos, que se dirigen específicamente al desmontaje de creencias irracionales relacionadas con el cannabis.

"Una vez superada esta etapa, el usuario pasa a tratamiento ambulatorio, es decir, acude a entrevistas individuales con su psicóloga o con la integradora social", dice Menéndez. "Se observa una mejoría tremenda en el 75 por ciento de los casos, es decir, en todos los que han permanecido en el programa más de tres meses. Muchos buscan y encuentran trabajo y otros deciden volver a estudiar", manifiesta la psicóloga, que en todo momento deja claro el peligro del consumo excesivo de cannabis.

Según los últimos datos de la encuesta "Estudes" del Ministerio de Sanidad, el alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más habitual entre los menores de edad, ya que un 75,6 por ciento lo ha consumido en el último año, frente al 76,8 por ciento que lo hacía en el informe de 2014-2015. La segunda más consumida es el tabaco, ya que hasta un 34,7 por ciento dice haber fumado en el último año, tres puntos más que el 31,4 por ciento que en el informe anterior; y la tercera el cannabis, consumida en el último año por el 26,3 por ciento de los menores de 14 a 18 años, frente al 25,4 por ciento de 2014-2015.

El consumo de hipnosedantes, con y sin receta, también ha subido en estos últimos años, pasando de un 10,8 a un 11,6 por ciento. El análisis muestra un mayor consumo entre los hombres en las drogas ilegales mientras que el de tabaco, alcohol e hipnosedantes (también conocidos por benzodiacepinas o pastillas tranquilizantes) está más extendido entre las mujeres.

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