Un cáncer de pulmón fue "la causa de la muerte" del avilesino Francisco González Coro, oficial de primera que sufrió un grave accidente laboral en una cantera del Alto del Praviano (Soto del Barco) en octubre de 2007 y falleció años después. Esta es la conclusión a la que llegó el médico forense encargado del informe de la autopsia, que prestó declaración ayer en la segunda y última sesión del juicio, que se desarrolló en el Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés.

La familia del trabajador, que tras el accidente tuvo que ser sometido a 26 intervenciones quirúrgicas, defiende en cambio que el fallecimiento se produjo por una infección derivada de las continuas intervenciones e ingresos tras el grave accidente. "La causa de la muerte fue una infección, pero por un deterioro general por un cáncer de pulmón con metástasis avanzada", señaló el médico forense.

La sesión de ayer estuvo reservada a las pruebas periciales y a las conclusiones de las partes, que elevaron a definitivas sus conclusiones provisionales. Así, la Fiscalía mantuvo la petición de dos años y medio de prisión para el empresario J. Ll. O. al concluir que "no hay ninguna duda" de que en la explotación "no había disposiciones internas de seguridad" y que se produjo una "infracción en las normas de prevención de riesgos laborales". El Ministerio Público también ve probado que los trabajadores no contaban con la formación adecuada para conducir las máquinas.

Las acusaciones defienden que una pala que "circulaba marcha atrás, sin comprobar (el trabajador que la pilotaba) si había personas en su trayectoria, golpeó con el contrapeso trasero izquierdo de la pala cargadora la trampilla móvil del dúmper estacionado (en el que Coro realizaba unos trabajos de mantenimiento), provocando que ésta se cerrase súbitamente y atrapando al trabajador contra la caja, produciéndole numerosas lesiones". Para la fiscal, "de haber una zona de mantenimiento acotada, el accidente no se habría producido, o al menos la empresa no sería la responsable". González Coro se hallaba limpiando las bisagras del dúmper cuando se cerraron, tras ser alcanzada la máquina por una pala que dirigía J. A. S., palista que declaró en la anterior sesión del juicio como responsable civil directo.

Tanto la representante del Ministerio Fiscal como el abogado que ejerce la acusación particular incidieron ayer en que en otros procedimientos ya quedó desestimado que el siniestro se hubiese producido por una imprudencia del trabajador.

Eso es precisamente lo que defienden las defensas, que Francisco González Coro sufrió el accidente "por una imprudencia, al estar situado en el área de trabajo". "La confianza, al final, mata", señaló la abogada del palista que chocó contra el dúmper en el que trabajaba el accidentado, trabajador que se enfrenta al pago de una indemnización. Las defensas sostienen que el accidentado no solo se encontraba limpiando el dúmper en la zona de trabajo, sino también que el vehículo "estaba en funcionamiento" y, por eso, "no escuchó la chicharra de la pala". "Había hecho esa misma operación casi 2.000 veces", incidió la letrada que defiende los intereses de J. A. S.

La acusación particular pide para el acusado tres años de prisión y el pago de una indemnización de 571.595 euros (200.000 más que la Fiscalía). Las defensas piden la absolución y los representantes de las aseguradoras inciden en que pagaron en vida al accidentado 150.000 euros.