La educación 4.0 es ya una realidad en Llaranes y también en el Centro Rural Agrupado Cabu Peñes de Gozón. Ambos centros cuentan, por primera vez en Asturias, con laboratorios digitales. Esto es que los niños trabajan desde muy corta edad con impresoras 3D, robots, placas arduino o cortadoras láser. Detrás de este ambicioso proyecto -tiene vocación de ampliarse a otros centros escolares de la región en los próximos años- está el impulso de Laboral Centro de Arte con la participación de la consejería de Educación y Cultura y la financiación de la Fundación Alcoa.

El plan que se presentó ayer pretende acercar a los más pequeños a la tecnología a través de varias líneas de trabajo: diseño y fabricación digital, creación audiovisual, programación creativa, robótica, arte y ciencia. Se aspira así a familiarizar a los jóvenes con un entorno digital y a prepararlos para un futuro laboral en el que la industria 4.0 requiere talento 4.0.

En total, 162 alumnos y veinte profesores (además de las familias) participan en el proceso de implementación de un laboratorio de fabricación digital aplicado a ciencias medioambientales en Llaranes, mientras que 71 escolares y 17 maestros se han implicado en la puesta en marcha de nuevos laboratorios digitales audiovisuales en el CRA de Gozón.

En Llaranes, concretamente, los artistas María Castellanos y Alberto Valverde desarrollaron el laboratorio que bautizaron con el nombre de "Seta", en homenaje a una peculiar edificación que en su día albergó el puesto de vigilancia del parque de Llaranes.

En el acto de presentación de "AuLAB" participó el director de Alcoa Avilés, Javier Menéndez. "A veces, surgen dudas sobre la educación que estamos dando a los chavales, si les estamos formando en nuevas tecnologías o seguimos con una educación tradicional. El laboratorio de Llaranes es una herramienta imprescindible y una semilla que tiene que crecer a partir de ahora", subrayó.

Visitó también el colegio de Llaranes la directora de actividades de Laboral Centro de Arte, Karin Ohlenschläger, que defendió una escuela del siglo XXI. El director de Ordenación Académica e Innovación Educativa, Francisco Laviana, y la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, también valoraron el proyecto, al igual que el director del colegio, David Artime.

Aunque los verdaderos protagonistas fueron los niños, que ya se desenvuelven con soltura en un entorno digital avanzado. Sara Aboufaras destacó que lo que más le gusta es programar robots, igual que a Laura Sánchez. "Hacen lo que queremos (las máquinas)", sentenció. Elisa Álvarez y Lucía Rodríguez, entre tanto, se mostraron entusiasmadas con la impresora 3D. "Ya hicimos llaveros con el logo del cole", explicó. Nela Rodríguez destacó que antes de entrar en el laboratorio estudian en las aulas el proceso de trabajo. Marcos Rodríguez, Lucas Fernández o Marcos Martín también se presentaron ayer como jóvenes 4.0.