Dos padres se encontraron el domingo en el centro de salud de Las Vegas con una situación "increíble e indignante". Pedro Rivas y José Ramón García acudieron a urgencias con sus respectivos hijos en diferentes momentos del día y en el ambulatorio quisieron cobrarles. "No tenía la tarjeta sanitaria de la niña, que había recibido un balonazo en la cabeza, y el empleado de recepción me sacó lo que parecía una factura y me dijo que, al no tener la tarjeta, tendría que abonar los gastos de la consulta o no le atenderían", explica Rivas.

El caso de García fue similar. Su hijo tenía fiebre alta: "He estado en muchos centros de salud y nunca me había pasado tal cosa. Fue frustrante ver que tienes a tu hijo enfermo y que le deniegan la atención". La "factura" ascendía a 57 euros por la consulta médica. "Me dijo que, con cualquier otro tratamiento que necesitara, el precio subiría, si requería de enfermería, si le atendía la ATS además del médico...", señala Rivas.

Ambos son padres separados y la tarjeta sanitaria de sus hijos se encontraba en casa de las respectivas madres. "En este mismo centro me han atendido en otras ocasiones sin problema. Cuando la niña viene a casa lo que menos piensas es que se va a poner mala, nos pilló por sorpresa", explica Rivas. García afirma que inmediatamente acudió al hospital San Agustín, donde atendieron a su hijo sin ningún impedimento. "Es más, se sorprendían de lo que había pasado", sentencia.

La gerencia del área sanitaria III, que regenta el centro de salud corverano, confirmó ayer que ha recibido dos reclamaciones por los motivos que describen los padres de los dos pequeños y señala que se atenderá la queja siguiendo el trámite habitual, recabando toda la información posible, por lo que, de momento, no ha querido profundizar en el tema.

Según ha podido saber este periódico, el papel que mostraron a los dos padres indica que, si en el plazo de unos días no se entrega la tarjeta sanitaria, que es obligatoria, se abonará el precio estipulado, pero en ningún momento se le denegaría a los menores, ni a ningún enfermo en general, la atención.

"Yo propuse que atendieran al niño y que, en cuanto termináramos, iría a por el documento a casa de la madre, que estaba cerca, pero no hubo forma. No sé si es legal o no, pero la Sanidad en España es universal, la pagamos entre todos y lo que hizo este hombre es inhumano", explica García. Pedro Rivas añadió que él mismo se acreditó con DNI y tarjeta sanitaria: "El ordenador pone que mi hija es mi hija, tiene todos los datos registrados, para eso está la base de datos. Lo que no se puede consentir es lo que pasó, si llega a ser algo grave, no lo cuenta".

La ley de protección de datos, que se ha endurecido en la última reforma, unida a la propia obligación de presentar tarjeta sanitaria cuando se acude a la consulta, puede estar detrás del problema, aunque los padres insisten en que solo se les presentó lo que parecía una factura.